Está claro que los ingresos por publicidad están provocando que las empresas tradicionales de publicación de revistas y periódicos con intereses en Internet hayan realizado este movimiento de presión a Google. Los responsables de estas publicaciones indican que los algoritmos utilizados por Google deberían tener más en cuenta a los medios tradicionales que a los blogs.
De hecho algunos atacan frontalmente a los blogs y otros formatos novedosos en Internet y afirman que Google “no debería tener un sistema en el que aquellos que son básicamente parásitos de los verdaderos productores del contenido se benefician de forma desproporcionada”. Ahí queda eso.
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