Los Juegos Olímpicos terminan como “el evento deportivo más expuesto a ciberataques”

Desde motivaciones políticas a objetivos económicos, los ciberdelicuentes han respondido a diferentes razones.

Los Juegos Olímpicos de París 2024 han terminado. Y lo han hecho no sólo con el recuento de triunfos y medallas, sino con el de su impacto a nivel de ciberseguridad.

Este ha sido “el evento deportivo más expuesto a ciberataques de la historia”. Así lo determinan los expertos de la industria, como la unidad de investigación de Palo Alto Networks, Unit 42. La española Secure&IT también se hace eco de esta situación.

Antes de la inauguración, el comité organizador ya esperaba que los ataques superasen ampliamente a los que se habían producido cuatro años antes, durante la celebración de los Juegos de Tokio 2020. Entonces fueron algo más de 450 millones. Para el evento de este año se preveían alrededor de 3500 millones.

Las autoridades francesas detectaron 68 ciberataques cuando todavía no habían arrancado las competiciones. Alguno iba dirigido contra instalaciones. En concreto, contra el estadio Arena Bercy que durante estos días ha acogido partidos de baloncesto y pruebas de gimnasia y contra el Parque de las Naciones en La Villette.

Varias líneas ferroviarias fueron víctimas de sabotajes y algunas operadoras de telecomunicaciones sufrieron cortes en distintas regiones del país galo.

Francisco Valencia, director general de Secure&IT ve en las nuevas tecnologías un aliado para el crecimiento de los ataques. “La irrupción de la inteligencia artificial supone un desafío para las organizaciones de ciberseguridad”, apunta. “Los ciberatacantes utilizan esta tecnología, especializada en la creación de software para generar malware altamente sofisticado, capaz de eludir las defensas de los sistemas de seguridad existentes”.

Detrás de las maniobras de ciberdelincuencia suele haber un objetivo económico, pero en este caso también se tiene en cuenta la repercusión mediática y la desestabilización a nivel político y social.

Cientos de páginas web fraudulentas utilizaron el gancho de los Juegos Olímpicos para engañar a personas que buscaban comprar una entrada para asistir en persona al evento. Mientras las entradas oficiales costaban unos 100 euros, las falsas se ofrecían por 300-1000 euros.

Otra amenazas ha sido la navegación por internet a través de redes inalámbricas, que posibilitan el robo de datos y la infección de dispositivos.

Otros casos

El caso de los Juegos Olímpicos de París no es aislado. Durante Juegos Olímpicos de Pieonchang 2018 también se detectaron ciberataques.

Lo mismo ocurrió con la reciente Eurocopa de fútbol disputada en Alemania. Por ejemplo, con la suspensión de la transmisión del partido de Polonia contra los Países Bajos por una irrupción de tipo DDoS.

Durante el Mundial organizado en Catar en 2022 también hubo tentativas de interrupciones y se registró un incremento en el número de incidentes cibernéticos relacionados con su celebración e impacto global.