Se suele denominar “Hot spot” o “punto caliente”, a un lugar donde una “Red de área local (LAN)” está disponible para dar acceso público a la red. En realidad, un hotspot es mucho más que un controlador de los recursos de acceso a la red (generalmente Internet) que integra un tarificador y un gestor automático de permisos de conexión.
Aunque este concepto, así como los dispositivos que lo ponen a nuestro alcance, existe desde hace ya más de un lustro, ha sido la fuerte penetración de la tecnología Wifi en la empresa y el hogar español quien ha propiciado la expansión de los “puntos calientes”.
Actualmente, dispositivos como teléfonos móviles, PDAs, videoconsolas portables o pequeños ordenadores portátiles son realmente frecuentes en nuestro día a día, y la mayoría de ellos ya integran tecnología wifi. De este modo, posibilitar una conexión de los mismos a Internet, hace tremendamente atractivo el entorno donde se ha puesto en marcha un hotspot.
De igual modo, es necesario recalcar que, aunque esta tecnología se nutre principalmente de clientes inalámbricos, también es susceptible de ser utilizada por cualquier tipo de clientes cableados. Cualquier dispositivo conectado a un switch de la red puede estar controlado por el mismo hotspot.
Las aplicaciones que integran los hotspots actuales hacen atractiva su instalación en lugares donde hasta ahora resultaban impensables.Varios ejemplos pueden servir como clara explicación:
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