Los discos duros serán 20 veces más pequeños gracias a una nueva partícula
La tecnología, como todo, tiene límites, y en lo relativo al almacenamiento de datos ese límite es el tamaño hasta el que puedes apretar las partículas para que haya menos espacio entre ellas hasta que llega un momento en que esa estructura se convierte en inestable y arruina los datos almacenados en el soporte. Pero todo eso puede empezar a cambiar desde que los científicos han conseguido skyrmions estables.
Empecemos por recordar que la forma habitual de almacenar información consiste en jugar con la magnetización de las partículas de forma que los ceros y unos terminen siendo clusters que apuntan hacia uno de dos polos. El problema cuando estas partículas magnetizadas están muy cerca es que se pueden producir interferencias que arruinan dicha polarización, acabando por tanto con los datos almacenados.
Con los skyrmions la cosa cambia puesto que su estructura se asemeja más bien a un vértice retorcido de átomos, en lugar de las memorias tradicionales que al recibir la carga magnética quedan alineados en la misma dirección. En el skyrmion en lugar de esa hilera resulta que los remolinos de átomos consiguen una mayor estabilidad por lo que pueden soportar movimientos bruscos y sacudidas sin que se desbarate su estructura y, por tanto, sin que se borre la información almacenada.
Ahora es cuando dejamos caer un pequeño jarro de agua fría. Los skyrmions fueron teorizados en la década de 1960 pero ha sido muy recientemente cuando los investigadores han logrado obtener la confirmación de que pueden emplearse para escribir datos sobre este tipo de estructura así que más nos vale no tener mucha prisa.
vINQulo