Los directivos se muestran optimistas con respecto al futuro TI
La empresa española sólo destina el 28 por ciento de sus recursos de
tecnologías a innovación y desarrollo de nuevas aplicaciones.
Las empresas españolas apenas destinan más de una cuarta parte de sus
recursos de tecnologías a la innovación y el desarrollo de nuevas
aplicaciones, mientras que el 72 por ciento de ellos van dirigidos al
mantenimiento de infraestructuras y herramientas, según un estudio del
IMRC, observatorio de investigación creado por Accenture y el Instituto
de Empresa.
Además, la reducción de costes y la prestación de un
conjunto de servicios estandarizados de forma eficiente se presentan
como las dos prioridades inmediatas de los gestores de tecnología de las
empresas, según explica el director académico del IMRC, Ryan Peterson.
Sin embargo, señala que a medio plazo los objetivos son muy distintos y se
centran en la creación de nuevas capacidades, en concreto, en
proporcionar al negocio los sistemas que le permitan operar de forma
flexible y actuar sobre las fuentes de creación de valor a través de la
tecnología.
El estudio, llevado a cabo en un centenar de
empresas españolas de más de 300 trabajadores revela que el énfasis en
la reducción de costes ha provocado que el área de tecnología se haya
centrado en su funcionamiento interno, separándose paulatinamente del
negocio.
Así, mientras que nueve de cada diez compañías afirma no
coordinar satisfactoriamente sus planes de tecnología y de negocio, el
70 por ciento de los directivos confiesa no estar satisfecho con los
servicios que recibe. Esto condiciona que la gran mayoría valore como
media la contribución de la tecnología al negocio.
Además, el estudio subraya que las compañías españolas parten de unos recursos
en tecnologías de entre el 1,5 y el 3 por ciento de sus ingresos
anuales, una cifra inferior a la media de los principales países
europeos y Estados Unidos.
Pese a todo, los directivos
españoles se muestran optimistas con respecto al futuro, puesto que sólo
un 10 por ciento prevé una reducción de las inversiones en TI y el 91
por ciento confía en que la tecnología generará auténticas oportunidades
estratégicas para sus respectivas negocios.
La empresa
española se enfrenta a una transición desde una fase tradicional hacia
otra más evolucionada en la gestión de la tecnología. Este cambio deberá
implicar el paso de ser un mero proveedor interno de servicios a un
papel de facilitador de oportunidades estratégicas, añade Peterson.