Los CEO también se equivocan… y mucho
Algunos CEO son capaces de levantar o estrellar sus empresas con decisiones en momentos críticos. Este año ha habido grandes meteduras de pata.
Los grandes CEO son reconocidos por su liderazgo y por su capacidad de innovar o conducir sus compañías hacia las mayores cotas de éxito. Sin embargo, conseguirlo no siempre es fácil.
Cuando se intenta triunfar, a veces hay que tomar decisiones arriesgadas y abrir caminos inexplorados hasta el momento. El resultado de estos movimientos no siempre es el esperado. Por ejemplo, el director ejecutivo de Uber, Travis Kalanik, quizá haya ‘patinado’ a la hora de abordar la expansión de su negocio por todo el mundo. Evidentemente, la compañía necesita extenderse para consolidar su negocio y aumentar su facturación. Pero este crecimiento debe ser ordenado y teniendo en cuenta todos los problemas que puedan surgir.
Uber se ha encontrado con prohibiciones para operar en ciudades como Madrid, Bangkok (Tailandia) o Portland (Oregon, Estados Unidos), ya que las autoridades consideran que la empresa no cumple con los requisitos legales oportunos. Kalanik incluso se enfrenta a una pena de cárcel en Corea del Sur. Y en San Francisco (Los Ángeles, Estados Unidos) Uber ha sido denunciado por la fiscalía por anunciar falsamente normas de seguridad. Además, un ejecutivo de la compañía –que ha sido reprendido pero no despedido- comentó que podrían contratar a alguien para destapar trapos sucios de la periodista Sarah Lacy, muy crítica con la actividad de la empresa.
Uno de los mayores batacazos del año ha sido protagonizado por Rovio, la compañía creadora del popular juego Angry Birds. Pese al enorme éxito de estos pájaros, la empresa ha acusado la curva de caída de popularidad y el descenso de ingresos del juego, sin encontrar otra buena fuente de ingresos alternativa o complementaria. Mike Hed, exCEO de Rovio, no consiguió enderezar el rumbo y no dio con la solución para una expansión exitosa de la compañía hacia la animación, el marchandising o la publicidad.
A veces, los errores se producen en el ámbito personal. Los errores de Patrick Henry, director ejecutivo de Entropic, han venido tanto por la vertiente profesional como por el ámbito personal. Por un lado, el fabricante de semiconductores ha despedido a 350 trabajadores este año, debido a la mala evolución de su negocio. Por otra parte, Henry fue declarado culpable en un proceso judicial por la agresión a una famosa de un reality show de la televisión estadounidense. Los malos resultados de la compañía y la exposición pública acabaron por volverse en contra del CEO, que finalmente fue despedido el pasado mes de noviembre.
Las malas decisiones personales de Gurbaksh Chahal, exCEO y presidente de Radium One, también han lastrado su carrera profesional. El ya exdirectivo de esta plataforma de publicidad online fue acusado de 45 cargos por agredir a su novia. Chahal fue despedido de la compañía en abril.
Pero el paso más fulgurante de un CEO fue el de Brendan Eich, exdirector ejecutivo de Mozilla. Después de desempeñar durante años la dirección tecnológica de la compañía, apenas duró diez días en su nuevo cargo. Al poco de ser nombrado CEO, salieron a la luz informaciones acerca de una donación de Eich a una asociación contraria al matrimonio homosexual.