Dell acaba de anunciar los resultados del tercer trimestre de su año fiscal con unos beneficios netos de 337 millones de dólares, muy por debajo de los datos cosechados hace justo un año al conseguir llegar a la cifra de 727 millones de dólares, lo que supone una caída en torno al 54%.
Una estrategia de precios agresivos para poder competir con el resto de fabricantes parece ser la culpable de esta importante reducción de los beneficios, tal y como han asegurado diversos analistas.
Sin embargo, Michael Dell, CEO de la compañía, confía en que los próximos meses mejoren los resultados, especialmente gracias al lanzamiento de Windows 7, donde Dell ha fijado grandes expectativas para su crecimiento.
También habla sobre el mercado profesional: “estamos contemplando una mejora general en la demanda TI, algo que continuará en el Q4, especialmente en los segmentos de gran empresa y pyme”, afirma Dell.
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