Los ataques de denegación de servicio distribuidos, los conocidos como ataques DDoS, no han remitido durante el último año. De hecho, están aumentando en número y en complejidad.
Así lo desvela un análisis de F5 Labs, que tiene en cuenta lo sucedido en el panorama cibernético entre los meses de enero de 2020 y marzo de 2021. En ese periodo, los ataques DDoS crecieron un 55 %. Y la mayoría usó múltiples vectores de ataque para asestar diferentes golpes simultáneamente y con técnicas variadas, dejando constancia de la sofisticación de los delincuentes.
Solamente durante los tres primeros meses de 2021, los ataques multivector fueron un 80 % más numerosos. Mientras tanto, los ataques de un único vector permanecieron sin cambios.
De media, estos ataques multivectoriales despliegan 2,7 métodos diferentes. El más elaborado de todos los detectados contenía 8 ataques en paralelo.
Los ataques DDoS más comunes son los volumétricos, que inundan la red con tráfico dirigido a consumir ancho de banda. Sin embargo, los que más crecen son los DDoS de protocolo, que atacan firewalls y routers.
En cuanto a los sectores afectados, el tecnológico concentra 1 de cada 4 ataques lanzados desde principios de 2020, seguido del sector de las telecomunicaciones, las finanzas y la educación. Eso sí, cabe tener en cuenta lo ocurrido con el sector sanitario que, aunque aglutina una pequeña parte de los ataques DDoS, ha acabado siendo víctima de algunas de las acciones más peligrosas.
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Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.