Los aeropuertos en los que pasarás más miedito al aterrizar
Se dice que si la motocicleta se inventase hoy día estaría prohibido circular con ella.
Sólo dos ruedas con precario equilibrio, hay que tumbar en las curvas (de hecho esa es la gracia), y el pasajero totalmente desprotegido ante golpes, caídas, inclemencias del tiempo… Algunos de los aeropuertos que a continuación vais a ver está claro que llevan funcionando desde antes de que existiese normativa de seguridad aérea. De hecho alguno de ellos ya no está en activo, como el de Kai Tak en Hong Kong que se cerró en 1988.
Otros son tremendamente famosos por las espectaculares fotografías que resultan de sus aterrizajes, como el Aeropuerto Princesa Juliana en la isla de San Martin, al que corresponde la fotografía que encabeza este artículo. Pero hay casos más espeluznantes.
En Bután antes de que el avión quede alineado con la cabecera de pista debe sortear las colinas en un mareante zigzag.
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El aeropuerto Tocontín de Tegucigalpa (Honduras), reservado desde 2008 para vuelos nacionales, es uno de los pocos lugares donde si paseas por una de las colinas cercanas tu gorra puede terminar enganchada en el tren de aterrizaje de algún avión.
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En las Antillas Holandesas una pequeña pista de menos de 400 metros de longitud termina abruptamente en un acantilado.
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En Barra (Escocia) el aeropuerto es la propia playa cuando baja la marea, así que ojo lo bañistas no se queden dormidos tomando el sol… ah… Escocia… vale, no he dicho nada.
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En Courchevel, enclavado en medio de los Alpes franceses, casi mejor llegar en coche. La pista del aeropuerto está flanqueada por resbaladiza y helada nieve y además en mitad del recorrido antes de despegar tenemos un cambio de rasante que desemboca en un tramo final con empinada pendiente.
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En la isla tropical de Tioman la diversión estriba en que hay que encarar la cabecera de pista y entonces girar 90º para aterrizar. O hacerlo contra la falda de la montaña.
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Nueva York siempre es un destino excitante, pero lo es aún más si toca aterrizar en el aeropuerto LaGuardia (bautizado así en honor a Fiorello LaGuardia, quien fuera alcalde de la ciudad entre 1934 y 1945) sobrevolando la Gran Manzana y sus alrededores. También es divertido aterrizar en la base antártica de McMurdo. Si el hielo no está lo suficientemente frío no podrá soportar el peso de los gigantescos aviones de carga y si está demasiado frío aquello será una pista de patinaje sobre hielo.
Hemos dejado el mejor para el final. El aeropuerto Tensing-Hillary de Nepal, en el Everest, situado a 2.800 metros de altitud en medio del Himalaya y llamado así en honor a los dos hombres que coronaron por primera vez la montaña más alta de la Tierra, puede ser tan divertido al aterrizar como al despegar.
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Al aterrizar si te falta pista (con 460 metros sobra, ¿no?) el avión terminará sujeto por una valla metálica que impedirá que se despeñe por la ladera. Al despegar no importa que se haya acabado la pista si la aeronave aún no ha alzado el vuelo… la caida desde los más de 600 metros que hay hasta el fondo del valle desde el final de la pista seguro que dan al piloto una segunda oportunidad. ─[Woman´s Day / Imagen: Airliners.net]
