Meses lleva ya Elon Musk con el propósito de tratar de convencer a los accionistas de Tesla de las ventajas que supondría la compra de SolarCity. Grupos de presión, varios analistas y los mercados han tratado de evitar dicha compra, ante la preocupación de no centrarse lo suficiente en la necesidad de fondos de Tesla para seguir adelante con los planes de expansión de su producción de coches eléctricos, pero al final ha sido aprobada.
La decisión ha salido adelante con el 85% de los votos a favor, y según el acuerdo, los accionistas de SolarCity recibirán por cada una de la empresa de paneles solares, 0,11 acciones de Tesla, lo que supone unos 2.600 millones de dólares.
Elon Musk puede respirar tranquilo, ya que la adquisición de SolarCity era un paso clave para su estrategia energética y de negocio a través de Tesla. Además de los numerosos datos y apoyo incondicional de Elon Musk a la compra, se anunciaron hace unos días los nuevos paneles y tejados solares y un acuerdo con Panasonic para la optimización de células fotovoltaicas, supeditada a la aprobación de la compra, con el fin de hacer más atractiva la operación.
Ahora solo queda saber cómo afectará la presidencia de Trump al sector solar, de los coches eléctricos y de las baterías, ya que es de sobra conocido que no pretende apoyar a las energías renovables y que no cree en el cambio climático, lo que podría suponer pérdidas de ventajas fiscales y ayudas, lo que afectaría directamente a la demanda de productos de Tesla.
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