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Los 15 mejores efectos especiales elegidos por los maestros de Hollywood

En medio del maremagnum apabullante de escenografía recargada, acción trepidante y efectos espaciales mareantes hubo un momento en “Piratas del Caribe 2: el cofre del hombre muerto” en que a pesar de saber que era fruto de los efectos especiales digitales nos pareció que el rostro cefalopódico de Davy Jones era totalmente real.

La mezcla entre la interpretación del actor Bill Nighy sobre cuyo rostro se añadió una capa digital de un fotorrealismo extremo y un rostro lleno de tentáculos en continuo movimiento dieron como resultado una sorprendente creación de un Davy Jones que costaba imaginar como inexistente en la vida real.

Hoy nos puede parecer superado en algunos aspectos, pero el “brazo de mar” que en “Abyss” recorría el interior del laboratorio submarino también debe su éxito a los ordenadores, siendo especialmente efectivo el momento en que alguien decide cortar esa columna flexible que flotaba a un metro sobre el suelo y al hacerlo se desmorona en una salpicadura de agua. Un efecto similar fue evolucionado más tarde por el mismo director, James Cameron, para el “metal líquido” de que estaba compuesto el T-1000 de “Terminator 2, el día del juicio”.

Algo más sencillo de conseguir, gracias a las pinturas matte sobre cristal, pero igualmente impresionante en su momento e inspirador incluso de series televisivas como “Almacen 13”, el final de “En busca del arca perdida” nos dejaba boquiabiertos con aquel inmenso almacén lleno de cajas apiladas donde se perdía un objeto tan preciado como el que perseguía Indiana Jones en la película y que posteriormente aparecía de refilón en “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal”. No fue la primera película en emplear esta técnica, en uso desde 1907 y ya vista desde los primeros “Drácula” y “King Kong” hasta “El golpe”, “Con la muerte en los talones” o “La guerra de las galaxias” pero el valor iconográfico de ese almacén debe gran parte de su fuerza a su perfecta ejecución.

Hemos caminado entre dinosaurios de la mano de Steven Spielberg (estos días se reestrena “Parque Jurásico” en versión 3D) con una acertada combinación de técnicas de animatrónica y de efectos digitales que ya ahce dos décadas consiguieron que nos atemorizara el T-Rex o los temidos velociraptores, incluso a pesar de que nos creyésemos protegidos en el interior de un todoterreno.

Antes se rodó una película ambientada en una época a la que nos acercamos pero, afortunadamente, sólo en el calendario. Es casi imposible no leer “Los Angeles, 2019” sin acordarse de aquella toma aérea que sobrevolaba una especia de interminable fábrica pespunteada de luces en medio de las cuales brotaban ocasionales llamaradas. Ridley Scott nos trasladó al futuro de “Blade Runner” simplemente con una cámara pasando lentamente sobre una compleja maqueta llena de tuberías y lucecitas con un par de llamaradas de gas hábilmente situadas.

Más complejo de realizar pero más sencillo al tratarse únicamente de luz y trucaje fotográfico, sin duda el momento más lisérgico de la Historia del Cine es el “viaje” del astronauta Dave Bowman al final de “2001, una odisea del espacio”, de Stanley Kubrick. Douglas Trumbull, director de fotografía de la película, consiguió los efectos a base de exposiciones extremas usando para la obturación un filtro en forma de ranura muy delgada que dejaba pasar la luz de manera tan selectiva como singular fue el efecto conseguido.

Otro momento muy logrado del film de Kubrick era el entrenamiento a la carrera de Bowman por el interior del pasillo circular giratorio de la nave, pero también como prueba de que en ocasiones basta recurrir a los viejos trucos no digitales introduciendo más acción que simplemente ver a alguien correr, en “Origen” Cristpher Nolan retomaba el concepto de estancia giratoria para introducir en un simple pasillo una pelea mareante e ingrávida en la que además del decorado montado sobre un eje giratorio se emplearon también otros elementos como cables para sujetar a los actores.

Estrenada en 1997 los efectos digitales de “Tropas del espacio” han envejecido sorprendentemente bien, especialmente en lo relativo a los famosos “bichos”, realizados por ordenador con un fotorrealismo que hoy día incluso mantiene el tipo con producciones actuales, lo cual permite albergar la esperanza de que no todo va a ser siempre contar con el último modelo de superordenador para conseguir un resultado impactante y que nos haga zambullirnos en la metarrealidad de lo que aparece en pantalla.

Hay muchas más secuencias en las que los efectos especiales, digitales, prácticos, de fotografía, con maquetas o por ordenador, han logrado cautivar a millones de espectadores y en el enlace que te ofrecemos a continuación tienes un extenso repaso a los mismos con las opiniones de grandes expertos en la materia junto con vídeos que te permitirán revivir esos momentos.

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Antonio Rentero

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