Por el momento se trata tan sólo una prueba de concepto con algunos fallos así que tranquilos, porque no veremos este tipo de coches circulando por las calles al menos en un futuro próximo.
Pero sin duda supone una innovación interesante y casi propia de las películas de ciencia ficción ya que la dirección del vehículo es controlada por los pensamientos del conductor a través de una serie de sensores de ondas cerebrales.
Estos sensores fueron capaces de detectar y distinguir las ondas bioeléctricas del conductor cuando éste pensaba en girar a la izquierda o a la derecha, acelerar o bien frenar.
Para conseguir que el vehículo se moviera, los investigadores utilizaron un coche controlado por ordenador y desarrollaron una interfaz para conectarlo al conductor, de manera que el coche “obedeciera” las órdenes y se moviera en la misma dirección que él estaba pensando.
Evidentemente se trata de un experimento llevado a cabo en una zona segura y tiene sus fallos, ya que por ejemplo hay “un ligero retraso entre los comandos previstos y la respuesta del coche”, según explica uno de los investigadores del proyecto BrainDriver.
Os dejamos el vídeo con la demostración, realmente curioso:
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