Pero, ¿realmente existen mecanismos para certificar la calidad de las políticas medioambientales de las empresas? La verdad es que en cada caso habrá que remitirse a la legislación existente en el lugar donde la empresa esté establecida.
Sin embargo, todo aquello que quede fuera de lo regulado localmente, es decir, las políticas medioambientales propias y voluntarias de cada empresa, no dispone aún de los mecanismos que garanticen los beneficios de las mismas. Según Andrea Di Maio, vicepresidente de Gartner, uno de los puntos fundamentales a la hora de garantizar la calidad de las políticas medioambientales es la capacidad de medición del impacto que la compañía produce sobre el medio ambiente de cara a la determinación de objetivos razonables. Una vez establecida la línea base, una política ‘verde’ equilibrada debe cubrir todas las áreas de la empresa, priorizando aquello que es más importante para la misma, a la vista de sus requisitos u objetivos estratégicos.
La mayoría de las compañías TIC ya han adoptado políticas corporativas en este sentido. Por ejemplo, IBM aboga por la protección del medioambiente y la conservación de la energía y los recursos naturales. Algunas de las medidas que deben cumplir todos los empleados y contratistas de la empresa abordan puntos como: conservar los recursos naturales mediante la reutilización y el reciclaje de materiales; utilizar procesos de desarrollo y fabricación que no afecten al medio ambiente; asegurar un uso responsable de la energía; utilizar sus productos, servicios y tecnología en todo el mundo para proporcionar soluciones a los problemas medioambientales; llevar a cabo auditorías y auto-evaluaciones rigurosas del cumplimiento de esta política, etc.
La cuestión está en determinar si estas compañías están realmente concienciadas del problema medioambiental cuando aplican estas normas. Muchas de ellas están decididas a realizar un cambio de actitud y reclaman asesoramiento en la materia. Pero, debido al gran impacto que ahora tienen en la prensa los asuntos medioambientales, algunas empresas emprenden una campaña de maquillaje para obtener publicidad positiva. De cualquier manera, tanto si el cambio se produce por una verdadera concienciación como si es por una operación de lavado de imagen, el más beneficiado será el medioambiente.