Lo ‘verde’ se pone de moda
El respeto por el medio ambiente es uno de los temas que están más de actualidad. A esta tendencia no escapan las empresas TIC, que se apresuran a adaptar sus políticas para poder responder a los nuevos requisitos medioambientales.
Las empresas del sector tecnológico están empezando a concienciarse de los beneficios que supone adoptar este tipo de medidas. La ventaja más inmediata que aprecia la compañía es una valoración mucho más favorable por parte de sus clientes. Más adelante se dará cuenta de que no solo mejora su imagen, sino que también puede repercutir en sus cuentas; y, por supuesto, lo más importante, la reducción de su huella medioambiental.
Tras la toma de conciencia, el siguiente paso es la búsqueda de asesoramiento. Las empresas del sector TIC acuden a compañías dedicadas a la auditoría medioambiental, como por ejemplo Envirowise. Otros puntos de referencia son sitios web como The Green Lounge, cuyo responsable, Ben Hall, asegura que “un número creciente de compañías requieren consejo en asuntos medioambientales, particularmente con respecto a la creciente legislación y regulación que se está desarrollando en muchos países”.
El ámbito de aplicación de las posibles medidas a tomar es muy amplio. Además, los cambios que la compañía realice no tienen por qué ser drásticos, con algunas pequeñas modificaciones la empresa puede reducir sus gastos contribuyendo además al ahorro energético. Es aconsejable, por ejemplo, eliminar el uso de salvapantallas en los equipos de trabajo, ya que no tienen ninguna utilidad en los actuales monitores LCD; la activación de los modos de ahorro energético que muchos ordenadores ofrecen; apagar el ordenador cuando no se vaya a utilizar durante un periodo prolongado de tiempo y durante la noche; modificar la política de uso de las impresoras, es decir, imprimir lo imprescindible, reciclar el papel usado y seleccionar por defecto la impresión a doble cara…
Según Hall, dependiendo de qué políticas se vayan a poner en práctica, los tiempos de aplicación pueden variar. Políticas que incluyan la utilización de videoconferencias, por ejemplo, pueden llevar más tiempo de aplicación. Políticas relacionadas con el uso eficiente de las impresoras o el reciclaje de papel pueden ser de una aplicación prácticamente inmediata.
Pero, ¿realmente existen mecanismos para certificar la calidad de las políticas medioambientales de las empresas? La verdad es que en cada caso habrá que remitirse a la legislación existente en el lugar donde la empresa esté establecida.
Sin embargo, todo aquello que quede fuera de lo regulado localmente, es decir, las políticas medioambientales propias y voluntarias de cada empresa, no dispone aún de los mecanismos que garanticen los beneficios de las mismas. Según Andrea Di Maio, vicepresidente de Gartner, uno de los puntos fundamentales a la hora de garantizar la calidad de las políticas medioambientales es la capacidad de medición del impacto que la compañía produce sobre el medio ambiente de cara a la determinación de objetivos razonables. Una vez establecida la línea base, una política ‘verde’ equilibrada debe cubrir todas las áreas de la empresa, priorizando aquello que es más importante para la misma, a la vista de sus requisitos u objetivos estratégicos.
La mayoría de las compañías TIC ya han adoptado políticas corporativas en este sentido. Por ejemplo, IBM aboga por la protección del medioambiente y la conservación de la energía y los recursos naturales. Algunas de las medidas que deben cumplir todos los empleados y contratistas de la empresa abordan puntos como: conservar los recursos naturales mediante la reutilización y el reciclaje de materiales; utilizar procesos de desarrollo y fabricación que no afecten al medio ambiente; asegurar un uso responsable de la energía; utilizar sus productos, servicios y tecnología en todo el mundo para proporcionar soluciones a los problemas medioambientales; llevar a cabo auditorías y auto-evaluaciones rigurosas del cumplimiento de esta política, etc.
La cuestión está en determinar si estas compañías están realmente concienciadas del problema medioambiental cuando aplican estas normas. Muchas de ellas están decididas a realizar un cambio de actitud y reclaman asesoramiento en la materia. Pero, debido al gran impacto que ahora tienen en la prensa los asuntos medioambientales, algunas empresas emprenden una campaña de maquillaje para obtener publicidad positiva. De cualquier manera, tanto si el cambio se produce por una verdadera concienciación como si es por una operación de lavado de imagen, el más beneficiado será el medioambiente.