Especial desde Berlín
“Linux es el software más exitoso de la historia”. Así de contundente ha comenzado la intervención de Jim Zemlin, director ejecutivo de la Fundación Linux, en el marco de la edición europea de LinuxCon, que se celebra estos días en Berlín.
El de este año es un evento especial. Y es que el emblema del Open Source cumple un cuarto de siglo.
“En estos años Linux ha demostrado muchas cosas”, ha dicho Zemlin. Como que las empresas pueden apostar por grandes proyectos tecnológicos a un bajo coste y alcanzar objetivos de negocio mucho más rápido. “También que Linus Torvalds es un gran líder. Y que los desarrolladores son los nuevos reyes de la industria del software”.
Resumir la historia de Linux en unos pocos minutos es difícil. Incluso para él, que lleva al mando de la organización desde hace una década. Así pues, Zemlin tira de números.
Linux acumula más de 3.900 desarrolladores que han escrito más de 21 millones de líneas de código. El kernel ya suma 53.000 ficheros de origen y se calcula que el valor del sistema operativo es de 10.300 millones de dólares, aunque no especifica cómo se calcula tal cifra.
Sus tentáculos se extienden al 99,4% de los sistemas de computación de alto rendimiento (HPC, por sus siglas en inglés), al 64,8% de los dispositivos de consumo y al 90% de los sistemas bursátiles.
El ritmo es además frenético. Cada día se añaden 10.800 líneas de código, se eliminan 5.300 y se modifican 1.875.
Estos hitos tienen para Zemlin una única lectura. Linux ha demostrado que es posible mejorar a nivel individual mientras ayudas a mejorar a otros. Y es que el código abierto, al contrario de lo que pueda parecer, tiene mucho de individual.
“Todos los que estáis en la sala podéis decir con orgullo: yo estoy contribuyendo en la creación de sistemas modernos de computación, como la inteligencia artificial”.
Claro. Una comunidad se compone de muchos individuos.
El directivo podría extender su charla infinitamente y detenerse en todos los proyectos de código abierto que están en marcha bajo el paraguas de la Fundación. Pero esta vez ha cedido el protagonismo a los contenedores, la tecnología que se está imponiendo en la estrategia Cloud de muchas compañías.
“Los contenedores están redefiniendo cómo se están construyendo las aplicaciones en la nube”, ha dicho Zemlin para llamar al escenario a Solomon Hykes, fundador, CTO y Jefe de Arquitectura en Docker.
Esta empresa emplea a 250 personas, aunque ya acumula más de 2.300 usuarios que contribuyen con código al proyecto. El crecimiento en los últimos años ha sido espectacular. “Hemos pasado de 1 millón de descargas de contenedores a 1.000 millones en 2015 y a más de 6.000 millones en lo que va de 2016”, ha explicado.
Parte del éxito, confiesa, es haber implementado la filosofía de Linux, como tener claras reglas de propiedad, la separación entre proyecto y empleado o la obsesión por la estabilidad de la interfaz. Sin embargo, el principal logro lo atribuye a la máxima: usuarios primero y después el plumbing. Con este término, que literalmente significa fontanería, Hykes se refiere a la tecnología y las conexiones entre sistemas y diferentes tipos de cloud, donde se incluyen almacenamiento, redes y los componentes de interconexión.
Otro representante de la compañía consultado por este medio coincide en que el principal logro es poner al usuario en el centro. La facilidad de uso para desarrolladores y usuarios finales, nos dice, es lo que ha definido nuestro éxito.
Docker está valorada en 1.000 millones de dólares.
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