Las cosas parecen marchar para la red profesional LinkedIn que, desde enero de 2009, ha conseguido aumentar su base de usuarios de los 32 millones iniciales a unos nada despreciables 175 millones.
Estos datos han alentado a LinkedIn a trabajar en una revisión bastante significativa de su diseño. El aspecto visual de la red ha cambiado prácticamente por completo, de modo que existe mayor integración entre todos los elementos de la página y el impacto inicial es más agradable, con una fuerte presencia de imágenes, gráficos y peso de la actividad del usuario en la propia red.
También se ha modificado la forma en la que se interactúa con el resto de la comunidad, de modo que será más fácil para los usuarios añadir información adicional a su perfil, bien sea para ampliar habilidades o para aceptar nuevas solicitudes. No en vano, se han mejorado las interconexiones para visualizar mejor aquellos puntos en común entre los distintos miembros y recibir sugerencias de amistad más acertadas.
O, en palabas de Bronzan, “hemos trabajado para que sea fácil para cualquier persona construir y administrar su propia identidad en LinkedIn. Ahora puedes mantener el compromiso con tu red y obtener ideas que te ayudarán a mantenerte informado todos los días”.
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