LG Electronics queda como el último fabricante de televisores de plasma, casi un honor porque aunque el mercado hoy día está dominado por las pantallas LCD, LED, OLED y compañía para muchos el plasma continúa ofreciendo una experiencia visual muy superior (en igualdad de condiciones como pueda ser la resolución, se entiende).
Un portavoz de la marca ha manifestado que LG continuará fabricando televisores de plasma mientras haya demanda, aunque también reconoce que los aparatos con esta tecnología ya sólo representan menos del 10 % del sector, y bajando.
Uno de los mayores fabricantes de televisores de plasma, Panasonic, ya se retiró de este mercado el pasado año, como en su día te informamos aquí en The Inquirer, iniciando la escritura de este último capítulo en la despedida de una tecnología que revolucionó por completo la industria de fabricación de televisores así como la configuración del espacio doméstico. La era del plasma que ahora afronta su última fase con esta marcha en solitario de LG por el camino de dicha tecnología, consiguió desterrar de la práctica totalidad de los hogares los viejos televisores “de culo”, jubilando los tubos de rayos catódicos, eliminando esas gigantecas cajas y cambiándolas por las delgadas láminas de imágenes en movimiento que ahora llenan paredes duplicando y hasta triplicando (y más allá) la superficie que muestra los contenidos y, de paso, modificando también de manera decisiva la propia configuración de los salones.
Tan solo la producción masiva (y con menor coste para mayores tamaños) de las pantallas de cristal líquido amenazó su reinado y hace ya años que directamente asumió el trono, quedando ahora casi en el destierro el plasma mientras los LCD evolucionan y se expanden por todo el planeta. Poco importa que al plasma pueda ofrecer mejores resultados en aspectos como la representación del color negro, el contraste, la velocidad de respuesta o el mayor ángulo de visión, en el primer trimestre de 2014 sólo se vendieron 2 millones de plasmas en todo el mundo, un 16 % menos que el pasado año, una cifra que palidece ante los 47 millones de LCD que se han vendido durante ese mismo período.
Ahora la única fecha que queda por marcar en el calendario es la del día en que LG también anuncie que abandona esta tecnología. Y mucho nos tememos que no pasará demasiado tiempo.
vINQulo
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