Hablar inglés es una condición indispensable para acceder al mercado laboral. Pero si hoy queremos destacar, es necesario saber otros idiomas, como alemán, chino o árabe, por ejemplo. Aunque también es fundamental tener otras capacidades.
Conocer el lenguaje de programación puede ser ese elemento diferencial. No en vano, la transformación digital que vive nuestra sociedad y, por ende, las empresas, está haciendo que crezca el interés que despiertan las competencias vinculadas con esta digitalización.
Los expertos de Smartick, compañía española que ha diseñado un método para aprender matemáticas online, consideran que la programación –o coding- será un disciplina fundamental para acceder al mercado de trabajo, tan importante como el dominio del inglés.
De hecho, está dejando de ser un requerimiento exigido únicamente para trabajar en empresas tecnológicas, puesto que cada vez son más las compañías financieras, turísticas o del sector de la comunicación que demandan dichas aptitudes entre sus condiciones de contratación. El motivo que explicaría este auge de la programación se encontraría en la creciente integración de procesos digitales en el seno de las empresas.
Y esto conduce a un significativo aumento de la demanda de profesionales TIC. Según el ‘VII TIC Monitor’ de Vass, por cada recién titulado superior en informática e ingenierías TIC, hay más de seis empresas interesadas en su perfil. Asimismo, el informe de IMMUNE Coding Institute sobre el estado de la programación señala que la demanda de profesionales TIC crece a un ritmo del 3% cada año. Si esta tendencia se mantiene, se producirá un ‘gap’ de 900.000 profesionales de este ámbito en toda Europa para el año 2020.
Smartick considera que “la apuesta de las instituciones de enseñanza por el desarrollo de programas educativos que den protagonismo a la programación será clave para satisfacer las necesidades del mercado laboral”.
Pero aprender a programar no sólo debe entenderse como un mérito curricular más para encontrar trabajo, sino que es una aptitud que enriquece la formación de niños y jóvenes en otros muchos ámbitos. “Dominar el coding requiere de habilidades clave en el desarrollo de otras disciplinas distintas a la programación. De ahí que sus aplicaciones se adapten perfectamente a diferentes sectores. En el caso de los niños, tiene muchos beneficios en el rendimiento académico de otras asignaturas que requieren de creatividad, pensamiento computacional, crítico y racional”, asegura Javier Arroyo, cofundador de Smartick.
La iniciación temprana es muy importante, partiendo siempre de una metodología atractiva para los pequeños. “A un niño no le podemos poner de entrada HTML. Lo que hay que hacer es entrenar su estructura mental como preparación para esa tarea que desarrollará más tarde, explica Arroyo. Por ejemplo, la compañía ofrece Smartick Coding, integrado dentro de su método para aprender matemáticas online. Pero también muchos recursos gratuitos en la red.
Smartick opina que se debe apostar por una política similar a la aplicada con el bilingüismo. “Se trata de integrar la materia de forma transversal, compartiendo contenidos con otras disciplinas, como las matemáticas”, se indica desde la empresa.
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