Hay ocasiones en que parece que la única manera de adelantar a alguien es… por arriba.
Claro, que esa táctica no siempre obtiene unos resultados satisfactorios. Es lo que sucedió en el transcurso este pasado fin de semana de las 24 Horas de Le Mans, una prueba mítica del calendario automovilístico.
La instantánea recoge el momento en que un Audi pilotado por el escocés Alan McNish, tras “tropezar” con un Ferrari a la nada desdeñable velocidad de 300 km/h, sale volando mientras cada parte de su carrocería, chasis, motor… parece querer reunirse con su fabricante.
Aunque parezca imposible el conductor, que de resultas del choque salió despedido del vehículo, no tuvo que ser recogido con cucharilla del lugar sino que lo abandonó por su propio pie. ─[The Daily]
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