Leakserv, una startup holandesa contra el ‘porno de venganza’
Leakserv ofrece un servicio a las víctimas para localizar contenido ofensivo y emitir solicitudes de eliminación en su nombre antes de 48 horas.
La distribución de pornografía sin consentimiento del protagonista va encontrándose cada día con más dificultades. Buscadores y plataformas tecnológicas están tomando una postura más firme contra esta forma de acoso en línea, a las que habría que añadir empresas especializadas en la defensa de sus víctimas.
Es el caso de la startup holandesa Leakserv, que trabaja en el espacio de la gestión de identidad en línea, con un enfoque especial en ayudar a las víctimas del porno de venganza a eliminar estos contenidos de Internet.
Aunque muchas grandes compañías están intentando acabar con este tipo de pornografía, lo cierto es que existen multitud de sitios pequeños dispuestos a acoger estas contenidos. Y ahí es donde entra en juego Leakserv, que ofrece un servicio a las víctimas para localizar contenido ofensivo y emitir solicitudes de eliminación en su nombre para conseguir que se borren antes de 24 o 48 horas.
El confundador de Leakserv, Bart van Leeuwen, explica a TechCrunch que su servicio puede encontrar imágenes, vídeos e información personal, utilizando un algoritmo patentado de “autoaprendizaje”. También hace uso de la búsqueda inversa de imágenes de Google, así como de su propia tecnología de búsqueda. Los planes futuros son aplicar el reconocimiento facial para mejorar aún más sus poderes de búsqueda, añade Van Leeuwen.
Leakserv surgió del servicio de protección contra la piratería B2B Onsist, que emite solicitudes de retirada de contenidos conforme a la DMCA en nombre de las marcas y del que Van Leeuwen es también el director ejecutivo. La idea de Leakserv vino del día a día Onsist, después de que éste registrara un aumento de solicitudes de víctimas de porno de venganza.
El servicio de Leakserv, que se puso en marcha a finales del año pasado, establece una vigilancia algorítmica continua, por lo que las víctimas no tienen que dedicar tiempo a comprobar si el contenido que se suprimió ha surgido de nuevo.