Si bien Microsoft no ha tenido nunca en Japón un público muy entusiasta, algo normal teniendo en cuenta que es el feudo de Nintendo y Sony, su Xbox 360 tuvo unas ventas discretas pero correctas, con 12.000 unidades a la semana tras un mes de lanzamiento y 4.000 unidades a la semana durante ese año.
Pero la situación de la Xbox One, que probablemente se esté viendo afectada por la situación general frente a la PS4 en el mercado global, les ha llevado a pasar de 24.000 unidades vendidas en los primeros 4 días que estuvo disponible en Japón a unos agónicos 1.314 sistemas vendidos en la semana del 15 al 21 de septiembre.
La situación es tan mal que no sólo ha quedado muy atrás de las ventas de PS4 y Wii U, sino incluso también de la PS3, que superó las 6.000 unidades vendidas durante la misma semana.
Esta situación acusa aún más la difícil posición de Microsoft y Xbox en un mercado como el japonés y deja un panorama bastante desolador para la competencia entre las consolas, con una PS4 dominando a nivel mundial y repartiéndose el mercado en Japón con la Wii U, mientras la Xbox One poco a poco se ve dejada de lado. ¿Estará planteándose Microsoft algo drástico para cambiar la situación?
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