“Las redes de facturación electrónica no se hablan, ni se llegarán a hablar”
Carlos González, director de DocOnTime, desvela los problemas a los que se enfrenta la facturación electrónica y la oferta de la compañía en una entrevista concedida a NetMediaEurope
Aunque hace una década que se habla de facturación electrónica, estamos lejos de haber llegado a alto índice de implantación. De hecho, el último estudio que existe a nivel de Comunidad Europea dice que en España el número de facturas que se intercambian en electrónico no superan el 3%. Esto significa que hasta la fecha, tanto a nivel de administración como de empresas privadas esta tecnología no ha sido efectiva”.
Tras percatarse de la situación del mercado, DocOnTime decidióponer en marcha una nueva estrategia, hace menos de un año. Como nos explica Carlos González, “realizamos una serie de comprobaciones con nuestros clientes, agentes especialistas, consultores del mundo de la facturación electrónica, empresas que tienen pequeñas soluciones tecnológicas, para abordar el reto de otra manera, y cuando vimos que la reacción era muy positiva empezamos a hablar de la facturación electrónica 2.0, cuya primera propuesta comercial concreta es DocOnServer 1.0”.
El concepto 2.0 que propone DocOnTime incorpora tres novedades a este mercado. Por un lado se ofrece “una visión de 360 grados de lo que está ocurriendo, con la intención dar una respuesta a los documentos periféricos adyacentes de la factura electrónica, como el albarán electrónico, el pedido electrónico, la notificación de pago, etc.”. Por tanto, haría falta “reconocer la factura electrónica como documento central pero ser capaz de crear expedientes electrónicos que recojan toda la periferia documental”.
La segunda novedad es que no sólo ofrece una respuesta a la empresa que lo implanta, “sino también a todo su ecosistema de clientes y proveedores, y a los clientes que la utilizan”, Según González, uno de los retos a los que actualmente se enfrenta la adopción de la tecnología tiene que ver con los costes de involucración de la empresa: “costes tangibles, costes de comunicación porque tengo que conseguir que mi cliente sepa qué es la factura electrónica, que la reconozca como buena y se apunte, tecnológicamente hablando, al proceso. Y en estos momentos es caro porque se está haciendo offline, de modo tradicional mediante un comercial”.
Asimismo, hay que tener en cuenta que para que esta herramienta aporte realmente todos los beneficios que promete, necesita una integración, una automatización en los extremos. “Una aplicación de facturación genera facturas electrónicas automáticamente que viajan por la red hacia un software de contabilidad, que de forma independiente las recibe. Este proceso de integración de programas de contabilidad y facturación, de ERPs, se está haciendo uno a uno y de manera excepcional”, afirma el directivo.