Las medianas empresas europeas reclaman más atención para digitalizarse y crecer
Las empresas podrían facturar 433.000 millones de euros más sin trabas regulatorias y con más inversión en tecnología y talento.
Un estudio elaborado por Ricoh Europa ha investigado cuáles son las dificultades de las medianas empresas europeas para crecer. La principal barrera es la falta de apoyo de entes públicos: complejidad regulatoria, necesidad del mejor talento y la dificultad para invertir en tecnología adecuada.
El informe estima que estas dificultades revierten en pérdidas de hasta 433.000 millones de euros anuales, cantidad que equivale al PIB anual de Polonia.
Las medianas empresas son para David Mills, CEO de Ricoh Europe, “el hijo abandonado” de las empresas europeas. El apoyo del gobierno se centra principalmente en pequeñas y grandes empresas, opina. “Un mayor apoyo de los gobiernos y la industria marcaría una gran diferencia”, declara.
El 91% de los encuestados saben invertir en tecnología es la principal forma de aumentar el grado de competitividad y más de la mitad considera que el éxito de una inversión depende principalmente de un plan bien definido.
A pesar de que conocen los beneficios, actualmente sólo el 32% de las medianas empresas ha implementado y utiliza algún tipo de tecnología digital. Un tercio de quienes lo han hecho admite que esta inversión ha tenido un impacto en el negocio; el 53% de las empresas digitalizadas ha superado a su competencia.
Con un respaldo público y un esfuerzo privado, las medianas empresas podrían apostar por tecnologías como la facturación electrónica y la automatización de la oficina para aliviar su cuenta de gastos en el medio plazo y agilizar procesos de negocio y aumentar la productividad en el corto plazo.
Aunque el informe no hace referencia explícita al tema del talento, la formación y retención de los profesionales más cualificados también debe ser una apuesta púbico-privada. En este sentido la UE ya ha puesto en marcha iniciativas para crear profesionales TI que ayuden a dinamizar el mercado europeo.
Se espera que en 2020 se crearán 900.000 puestos de trabajo relacionados con la tecnología sólo en Europa.