220 millones de euros. Esto es lo que la alemana Adidas ha pagado esta semana por la aplicación austríaca Runtastic GmbH. La operación es la última de una serie de movimientos en el mercado digital del fitness, en el que están metidas varias de las grandes marcas deportivas.
Y es que con esta compra se consolida una tendencia en la industria de la ropa deportiva hacia la confluencia tecnológica. Una tendencia que va bastante más allá de los wearables: la moda del deporte por los dispositivos que se visten, desde el punto de vista del interés de las marcas, está dando paso al creciente atractivo que para estas tiene el mundo de las apps, aunque sin perderse de vista. Unas aplicaciones cada vez más perfeccionadas que cronometran los logros del deportista, o lo acompañan en su práctica.
Esta no es una situación sorpresa, sino que se viene desarrollando desde hace años. Nike y Apple, por ejemplo, han sido socios durante casi una década, desde que en 2006 lanzasen la línea Nike+iPod, que mejoraba el reproductor de música con un medidor del tiempo y la distancia de un recorrido. En 2010, introducía la aplicación Nike+ GPS, la que, tras algunas renovaciones, se conoce hoy en día como Nike+ Running. Hace poco se ha sumado un tanto al integrarse con Spotify. Se podría fijar un punto de inflexión en la decisión de Nike de deshacerse de su división de wearables FuelBand, dejando la fabricación de hardware en favor del desarrollo del software.
Pero éste no ha sido un mercado monopolizado, aunque el ejemplo de estas dos ha hecho moverse sin duda a más marcas deportivas por el potencial de las aplicaciones de fitness. En noviembre de 2013, la empresa de ropa para el deporte Under Armour compraba por 150 millones de dólares MapMyFitness, una compañía especializada en apps para actividades físicas, a la que seguían en 2015 Endomondo y MyFitnessPal, adquiridas por 85 y 475 millones de dólares respectivamente.
Adidas, por su parte, ya había intentado hacer sombra a Nike en 2008 anunciando una alianza con Samsung, que finalmente desembocó en la aventura en solitario de Adidas con miCoach, que no ha funcionado demasiado bien; como explica The Wall Street Journal, ha ido perdiendo su cuota en este mercado digital frente al avance de Nike y Under Armour.
Con la adquisición de Runtastic, fundada en 2009 en Austria y que cuenta con 70 millones de usuarios, la compañía de equipamiento deportivo alemana espera sin duda utilizarla de lanzadera para incrementar el interés en su marca (o al menos de parte de ellos) y conseguir una posición predominante entre los interesados en aplicaciones de fitness.
Runtastic trabajará como una unidad de negocio independiente, y seguirá funcionando como hasta ahora, ha confirmado Adidas. De hecho, podría asegurarse que esa es la esperanza de los alemanes.
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