Las ingresos por semiconductores caerán este año un 11,2 %
Gartner calcula que la cifra final rondará los 532.000 millones de dólares frente a los 599.600 millones de 2022.
El mercado de smartphones no es el único que lo está pasando mal. El de semiconductores también está atravesando un bache. La previsión de Gartner es que los ingresos por semiconductores caerán este año un 11,2 %.
En 2022 el mercado apenas creció. Mejoró tan sólo un 0,2 % interanual hasta los 599 600 millones de dólares.
Los analistas advierten de que las perspectivas a corto plazo para semiconductores se han deteriorado aún más. Los ingresos en 2023 deberían rondar los 532 000 millones.
La demanda no es débil únicamente a nivel de consumo. Esta tendencia se está extendiendo también a las empresas, “creando un entorno de inversión incierto”, en palabras de Richard Gordon, vicepresidente de prácticas de Gartner.
“Además”, explica, “un exceso de oferta de chips que está incrementando los inventarios y reduciendo los precios” de estos componentes “acelera el declive del mercado de semiconductores”.
El segmento de la memoria está sufriendo ese exceso. Este año debería quedarse en los 92 300 millones de dólares, lo que implica una disminución de su valor del 35,5 %.
Los ingresos procedentes de la tecnología DRAM disminuirán un 39,4 % hasta los 47 600 millones.
La dinámica con NAND será similar. Gartner prevé que su aportación se reduzca un 32,9 % hasta los 38 900 millones.
Gordon cree que la industria “se enfrenta a una serie de desafíos a largo plazo en la próxima década”, especialmente por lo que está ocurriendo con los “PC, tabletas y smartphones, en los que falta innovación tecnológica”.
Entre ordenadores, tabletas y teléfonos inteligentes representarán un 31 % de los ingresos por semiconductores en 2023, con un total de 167 600 millones.
“Estos mercados de alto volumen se han saturado”, insiste Gordon, “y se han convertido en mercados de sustitución sin una innovación tecnológica convincente”.
Además, los efectos de la pandemia de coronavirus y la tensión comercial entre Estados Unidos y China han desatado una estrategia de desglobalización.
“Los semiconductores hoy en día se consideran un problema de seguridad nacional”, advierte Richard Gordon.
“Gobiernos de todo el mundo se esfuerzan por desarrollar autosuficiencia en la cadena de suministro de semiconductores y productos electrónicos”, apunta, y “esto está incentivando iniciativas de deslocalización en todo el mundo”.