La pérdida de datos siempre supone una mala noticia para las empresas que la sufren, pero lo es especialmente en los bancos y compañías de servicios financieros.
Según se desprende de los datos de un informe la consultora BitGlass, durante el año pasado las fugas de datos en el sector financiero prácticamente llegaron a doblarse si se comparan con las cifras registradas en 2014.
Nat Kausik, CEO de BitGlass, expone que “las instituciones financieras son un target principal para los hackers, y estas son conscientes de la amenaza de los ciberataques, robo de dispositivos y trabajadores que tienen fines maliciosos”.
En ese escenario, el ejecutivo alerta que “es necesario que las firmas del sector se mantengan un paso por delante, lo que implica que deben cifrar los datos que tienen en su poder, controlar el acceso a los mismos en base al riesgo contextual, y proteger la información que se encuentre en dispositivos no gestionados por ellas”.
En lo que respecta a las causas más comunes que derivan en fuga de datos, en el 25 por ciento de los casos el origen fue el robo o la perdida de dispositivos.
En menor medida, pero también relevante, es el hacking, ya que el 20 por ciento de las filtraciones de datos se produjeron por la acción de un hacker.
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