Las estafas que rodean al iPhone 6

No hay motivo para poner en duda que Apple renovará su línea de teléfonos móviles a la vuelta de las vacaciones de verano, una vez más y tal y como se viene diciendo, ni tampoco para pensar que su nueva creación no será bautizada al fin como iPhone 6.

Pero que las filtraciones que van surgiendo sean más o menos fiables, o el hecho de que la firma de la manzana mordida suela repetir su patrón de presentaciones de smartphones año tras año, no debe llevar a engaños. Los creadores del iPhone 6 no se han pronunciado de manera oficial sobre su existencia y, mucho menos, se ha producido ya un lanzamiento de los primeros lotes.

Las ganas de los usuarios por ver por fin cómo es el nuevo smartphone de Apple ha llevado a los ciberdelincuentes a aprovecharse de la expectación, haciendo circular mensajes sobre la supuesta (pero falsa) llegada del iPhone 6 con frases como “La espera terminó”.

Así lo ha denunciado la firma de seguridad Trend Micro, que comenta que la estafa “utiliza un lenguaje similar al de un verdadero anuncio de Apple”, aunque “hay dos cosas que vale la pena señalar” porque ambas ponen en evidencia su falsedad.

“Un comunicado fechado en julio no encajaría en el reciente calendario del lanzamiento de Apple (los terminales iPhone 5 y 5s fueron lanzados en septiembre)”, explica la compañía, “y el diseño del correo electrónico no se ajusta a las recientes maquetas lanzadas por sites de Apple”.

El peligro de este tipo de correos electrónicos radica en que pueden llegar cargados de malware a través de enlaces o archivos adjuntos, o bien formar parte de una campaña de “phishing” masiva que podría acabar con el robo de datos confidenciales o incluso con la sangría de dinero tras convencer al usuario de que el anuncio es real y las páginas web a las que remite, seguras.

Junto a las tradicionales recomendaciones de seguridad para campañas de este tipo, se aconseja consultar la página oficial de Apple sobre cualquier novedad en su cartera de productos. Y, por supuesto, no dejarse llevar por la emoción y aplicar siempre el sentido común.