Las empresas de TI intensifican la velocidad y el número de extracciones del discurso del odio
Facebook, Twitter, YouTube y Microsoft firmaron el año pasado un código de conducta voluntario para actuar en Europa en el plazo de 24 horas, pero no se estaba cumpliendo.
Los medios de comunicación social como Facebook, Twitter y YouTube (de Google) han intensificado la velocidad y el número de extracciones del discurso del odio en sus plataformas en respuesta a la presión de la UE.
Esto incluye eliminar o inhabilitar el acceso al contenido si es necesario, una mejor cooperación con las organizaciones de la sociedad civil y la promoción de “contranarrativas” para evitar los discuros del odio.
“Las empresas de TI han mejorado el tiempo y la respuesta a las notificaciones sobre manifestaciones de odio ilegal”, ha afirmado la comisaria de Justicia de la UE, Vera Jourova, en una reunión del Grupo de Alto Nivel de la UE en la lucha contra el racismo, la xenofobia y otras formas de intolerancia.
La Comisión Europea (CE) ha identificado que el motivo más común de los discursos del odio es la xenofobia, que incluye el odio contra los migrantes y los refugiados, junto con el odio contra los musulmanes y el origen étnico.
Facebook, Twitter, YouTube y Microsoft firmaron el año pasado un código de conducta voluntario para actuar en Europa en el plazo de 24 horas tras la creciente oleada de contenido racista y xenófobo en los medios sociales.
Facebook ha evaluado las notificaciones de este tipo de contenidos en menos de 24 horas en el 58% de los casos frente al 50% en diciembre, según un informe de la CE.
Twitter también ha acelerado el trato con las notificaciones, revisando el 39% de ellas en menos de 24 horas frente al 23,5% en diciembre; mientras YouTube se ha desacelerado, revisando el 42,6% de las notificaciones en menos de 24 horas frente al 60,8% registrado en diciembre.
La semana pasada, los ministros de la UE aprobaron planes para obligar a las redes sociales a tomar medidas para bloquear videos con contenido odioso, mientras que el gobierno alemán aprobó un plan en abril para multar a las empresas hasta 50 millones de euros si no eliminan anuncios odiosos rápidamente.