La confluencia de distintos factores está vaciando de sus más ilustres ocupantes una zona que lleva décadas considerada como el epicentro de la industria tecnológica e informática.
Por un lado resulta especialmente relevante la situación derivada de la pandemia provocada por la COVID-19, que ha enviado a trabajar desde sus domicilios a cientos de millones de personas en todo el planeta. No hay que olvidar también los numerosos incendios que tienen lugar en California, con miles de hectáreas arrasadas y decenas de miles de desplazados. Incendios que han producido cuantiosos daños materiales en zonas residenciales pero que también afectan a la industria y el comercio.
Pero por encima de todo hace tiempo que viene generándose un importante malestar entre la industria en general y la tecnológica en particular por entender que el área de la bahía de San Francisco se encuentra deficientemente gestionada, complicando el desarrollo para las empresas y obstaculizando la actividad económica.
Y, por adición, tras décadas de floreciente industria tecnológica, quedaría el asunto de la burbuja de los precios en las residencias inmobiliarias, que ha hecho prácticamente insostenible para muchos empleados de la zona encontrar viviendas a precios asequibles. Se han hecho populares las zonas con hileras de autocaravanas y remolques-vivienda donde habitan quienes, a pesar de los sueldos nada modestos de ingenieros y programadores de alto nivel, no pueden permitirse ni un apartamento. Precios tan altos que también habrían generado un gran número de personas sin hogar que deambulan por la zona haciéndola menos atractiva para muchos residentes, que optan por cambiar de domicilio.
Antaño floreciente paraíso de la tecnología informática, hasta el punto de recibir el sobrenombre de Silicon Valley (Valle del Silicio), ahora la zona estaría comenzando a experimentar un éxodo con destino a territorios más propicios. Uno de estos nuevos emplazamientos sería Florida, donde ha puesto su mirada, por ejemplo, Keith Rabois, antiguo ejecutivo de empresas como Square y PayPal, quien en una reciente entrevista a Fortune se ha sumado a la nómina de futuros exhabitantes de San Francisco.
Otros titanes de la tecnología que recientemente han abandonado San Francisco, como Peter Thiel (PayPal) o Alex Karp (Palantir) son sólo algunos de los que conformarían este éxodo tecnológico que podría acompañar al cambio de paradigma iniciado por la deslocalización laboral fruto de la generalización del teletrabajo.
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