Las editoriales académicas, contra la biblioteca virtual de Google
El plan del buscador consiste en alojar vía online, en un principio, los volúmenes de las principales universidades de Estados Unidos y Reino Unido.
El proyecto de Google de crear una inmensa biblioteca digital está encontrando trabas en su camino. Un importante grupo de editoriales académicas se han enfrentado al líder de la búsqueda de información en Internet por considerar que se trata de una “infracción a gran escala de los derechos de propiedad intelectual”.
El director de la Asociación de la Prensa Universitaria de EEUU, Peter Givler, dirigió una carta al gigante de Internet para protestar por un proyecto que, según dijo, podría ir contra los intereses económicos de sus 125 miembros, que publican 750 diarios académicos y 11.000 libros al año. La respuesta de Google no se ha hecho esperar y ha insistido en que su proyecto respetará las leyes de la propiedad intelectual. Sin embargo, en la carta, publicada por la edición digital de la revista “Business Week” duda de la forma en que Google protegerá las copias digitales y exige a esta empresa que dé respuesta a 16 preguntas en este sentido en un plazo de 30 días.
El problema que se plantea a Google es que, según la ley, esta empresa puede escanear legalmente los ejemplares publicados antes de 1923, pero los libros recientes son más problemáticos.
No es la primera vez que el buscador líder de Internet, que lleva meses utilizando su tecnología para escanear y digitalizar cientos de miles de páginas cada día, se enfrenta a obstáculos contra su proyecto. Desde que anunció la intención de llevarlo a cabo en diciembre del pasado año, Google comenzó a levantar polémica en mundo editorial.
Las editoriales John Wiley & Sons y Random House también hicieron latente su preocupación por un proyecto que podría infringir las leyes de “copyright” (propiedad intelectual), según “Business Week”. Asimismo, Allan Adler, director de la Asociación de Editoriales de EEUU, la principal agrupación de la industria del sector comentó que “no comprendemos cómo la compilación de este material por parte de una compañía con ánimo de lucro puede considerarse un uso justo”.
Al margen de estas editoriales estadounidenses, las críticas también le han llegado desde Europa, sobre todo desde Francia, donde muchos críticos creen que el proyecto de digitalización margina a lenguas diferentes del inglés.