Las Arenas del Tiempo

Con Prince of Persia vuelven las mil y una noches.

Entre los que jugamos al original Prince of Persia se había levantado

una gran espectación tras el anunciao de Ubisoft de, ni más ni menos, la

vuelta a las andadas de Jordan Mechner (el creador del juego

primigenio), que volvía a la carga con una revisión del juego que tantas

horas de diversión nos había brindado. Mechner regresa con su

franquicia, esta vez como asesor del estudio de Ubisoft en Montreal,

creador nada menos que del magnífico Splinter Cell. ¿Se habrán cumplido

los anhelos de todos los que esperábamos impacientes?

Desde

luego, esta versión va a impactar casi tanto a los que nunca habían

jugado con el original como a los que sí. Esto se debe al enorme lavado

de cara al que ha sido sometido. El clásico scroll horizontal ha sido

sustituido por unas gloriosas 3D y la perspectiva se sitúa originalmente

en tercera persona, por detrás del protagonista, aunque también podremos

elegir una vista en primera persona y una panorámica que nos permitirá

ver mejor a qué nos enfrentamos.

La historia de este nuevo

Prince of Persia tiene como elemento central Las Arenas del Tiempo, una

sustancia primitiva que corrompe a cualquier ser que las toque, excepto

a aquellos que poseen un artefacto que contrarrestre su efecto

devastador. En el caso del protagonista, la Daga del Tiempo evitará que

nos convirtamos en una criatura de las arenas y, de paso, nos permitirá

controlar el tiempo hasta el punto de que podemos retroceder en el

juego, incluso si fallecemos, para remendar lo que hemos hecho mal.

Mezclando estilos

Se trata de un título que pretende, sobre todo

impactar a escala visual. Y lo consigue mezclando una estética siempre

llamativa y muy cuidada e incluyendo una serie de efectos al más puro

estilo Matrix, que desde luego llaman mucho la atención. En un primer

momento, nos puede dar la sensación de que no controlamos las acrobacias

del príncipe, y es que los desarrolladores se han encargado de programar

un montón de movimientos que aparecen de manera aleatoria y que

enriquecen la acción.

La jugabilidad bebe de muchas fuentes

de calidad. Por un lado estaría el juego original, del que encontramos

algunos guiños que nos hacen sonreír; por otro, tenemos una ingente

cantidad de movimientos y efectos, que bien nos pueden recordar a

Splinter Cell o en el Enter the Matrix, el tan manido ya efecto

Matrix, visto antes en Max Payne y en Enter the Matrix, y, por último,

el control del tiempo que pudimos ya disfrutar en Blinx, el juego de

plataformas de Xbox lanzado hace ya algunos meses. Con todos estos

ingredientes, tenemos un título muy completo con una historia muy

interesante que seguro será un bombazo.

Alvaro Menéndez