Es el drama tecnológico de las últimas semanas y, si en Estados Unidos no estuvieran en plena campaña electoral, posiblemente fuese también el principal debate nacional estos días. El FBI tiene el iPhone de uno de los terroristas que en diciembre mató a 14 personas en San Bernardino, pero no pueden entrar en él. Apple dice haber ayudado con todo lo que tiene. El FBI pide un paso más, crear un software especial que permita acceder al teléfono (saltarse el paso de que si se mete 10 veces mal la contraseña el contenido del iPhone se borra). Apple se niega. Debate nacional servido.
¿Privacidad o seguridad? El país está dividido, como mostró una encuesta realizada por Pew hace unos días: el 51% de los encuestados quieren que Apple obedezca al FBI, el 38% cree que no, el 11% no sabe. Cupertino insiste: estamos ayudando en todo lo posible y si encontramos otra forma de acceder a la información del teléfono la haremos. Pero no así. “Este caso no es sobre un teléfono, es sobre el futuro”, repitió hasta la saciedad Tim Cook en la entrevista exclusiva que ofreció a ABC sobre el tema.
Esta semana toda la industria tech se unió en grupos para enviar comunicados conjuntos apoyando a Apple: Microsoft, Amazon, Google, Facebook, Yahoo, Cisco y otros por un lado; Airbnb, eBay, GitHub, Kickstarter, LinkedIn, Medium, Twitter, Reddit por otro. Todos parecen coincidir en los siguientes puntos:
1. Ese software no debería existir. Tim Cook asegura que sería crear el equivalente al cáncer en el software. El FBI quiere que creen un nuevo sistema operativo en el que se pueda acceder a un iPhone probando contraseñas todas las veces que se quiera (el SO nuevo tendría también un crack de contraseñas clásico, que genera claves muy rápido hasta que da con la correcta). Instalarían ese sistema operativo en el iPhone del terrorista y podrían así acceder a él. ¿El problema? En el momento en el que ese sistema operativo existe, se convertiría en un target de cibercriminales. “Es como una llave maestra a todos los iPhones”, explicó Cook. “Y aunque esa llave la tenga la persona en la que más confías en el mundo, podría ser robada”.
2. Apple hizo que iOS8 fuera así precisamente para evitar que se pueda acceder a un iPhone. Antes de esta última actualización de seguridad, el Gobierno era capaz de extraer los datos de los teléfonos de Apple. Con este nuevo cifrado, asegura Apple, ni siquiera ellos pueden entrar en un iPhone si no tienen la contraseña. Crear un software para saltarse esta medida de seguridad sería ir en contra de lo que han creado.
3. Sentarían un precedente muy peligroso. Como todos hemos aprendido gracias a las películas y series americanas, la justicia americana se basa mucho en los precedentes judiciales para su funcionamiento. En este caso, de hecho, el FBI quiere basarse en un precedente de 1977, algo que la mayoría tachan de tan obsoleto como de la ley en la que se basan, de 1789. Si el Gobierno pudiese obligar a Apple a escribir este software, ¿qué otro tipo de software podría obligar entonces a crear a otras compañías basándose en este precedente?
El propio Reid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisario de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos, dijo este viernes que si el FBI gana el caso se sentaría “un precedente que podría hacer imposible que ni Apple, ni ninguna otra gran compañía tecnológica internacional protegieran la privacidad de sus clientes en ningún lugar del mundo”.
4. La decisión afecta a todo el mundo, no solo a Estados Unidos. Muchas de las cosas que pasan en Estados Unidos nos afectan al resto de forma indirecta, pero en este caso se trataría de algo mucho más claro y directo. ¿Cosas que podrían pasar? Principalmente, dos: que cibercriminales (de cualquier parte del mundo) se hicieran con el software, teniendo en su poder la llave maestra para todos los iPhones; y que el propio Gobierno de Estados Unidos usara el software para actividades de espionaje internacional (después del caso Snowden su credibilidad en el tema es escasa).
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