La firma Wristly ha efectuado un detallado análisis sobre las opiniones de un buen número de poseedores de Apple Watch así como otra buena proporción de quienes han optado por no adquirirlo. Y aunque las conclusiones pueden resumirse brevemente (es caro y es demasiado innovador) merece la pena detenerse en el estudio de dichas razones para que el smartwatch de Apple no esté siendo el éxito de ventas que muchos (especialmente en Cupertino) esperaban y deseaban.
El factor precio está siempre presente en los productos Apple, que de promedio no resultan más baratos que sus equivalentes en la competencia, no importa el tipo de dispositivo de que hablemos. En el mejor de los casos puede haber un móvil, tablet, ordenador de sobremesa o portátil que a igualdad o equivalencia de prestaciones y materiales mantenga una diferencia de precio mínima pero lo habitual es que “Apple” signifique pagar un poco más que por algo muy similar de otra marca (cuando no es un mucho más).
La recién estrenada categoría de relojes inteligentes (entendamos por reciente algo que lleva menos de 3 años con múltiples marcas compitiendo) ha vuelto a situar al participante con el logo de la manzana mordida ligeramente por encima en precio de otras propuestas de la competencia y de hecho el 34 % de quienes no se han decidido por un Apple Watch aducen el precio como principal razón para su decisión final.
Pero curiosamente hay un porcentaje prácticamente idéntico de potenciales compradores del smartwatch de Apple que finalmente desecharon la idea al considerar al Apple Watch como un dispositivo demasiado nuevo y que aún no había sido objeto de las suficientes pruebas. Es habitual que casi en cualquier campo tecnológico (basta recorrer los foros de coches y motos cuando salen a la venta las primeras unidades y muchos compradores comienzan a detectar fallos) sea necesario un cierto período de ajuste al uso real de los productos, dispositivos, maquinaria, vehículos… cosa que también sucede con intangibles como los programas y aplicaciones.
No hay una nueva versión de un sistema operativo, ya sea para dispositivos móviles o para ordenadores, que no requiera al poco tiempo de iniciarse su distribución de una actualización que corrija pequeños (o grandes) fallos. Y temerosos de “pagar la novatada” ahí está esa tercera parte de encuestados que han manifestado su desconfianza ante una primera generación de un dispositivo tan novedoso.
Además cabe especificar que entre los mismos se da una subdivisión en otros dos grupos. Un 21 % expresó su agrado con el Apple Watch y afirmaron que esperarían a una posterior generación del mismo en la que pudieran corregirse esas posibles deficiencias o ajustarse aún mejor el producto a sus exigencias, mientras que un 13 % fueron más tajantes al afirmar categóricamente que nunca compran la primera generación de un producto, sea este cual sea.
No está de más recordar que exitosos dispositivos de Apple como el iPhone y el iPad realmente marcaron un antes y un después con la aparición de sus primeras generaciones pero estas no tardaron en ser superadas de lejos por la siguiente. En el caso del tablet de Apple las mejoras a partir del iPad 2 hasta el iPad Air básicamente incluyeron actualizaciones de procesador, memoria y finalmente tipo de pantalla y conector, aunque en esencia seguía siendo casi el mismo dispositivo.
Por su parte el iPhone de primera generación evolucionó notablemente con la llegada del 3G pero a partir del iPhone 4/4S pasó a ser casi irreconocible en las mejoras experimentadas.
Cuando apareció el Apple Watch ya hubo quien lo comparó precisamente con la primera generación del iPhone y alentaba a los más escépticos a que aguardasen a la versión equivalente al iPhone 4.
Finalmente la encuesta de Wristly arroja el dato de que existe un 17 % de personas que no consideran útil el Apple Watch y por esa razón no se plantean su compra. Con toda probabilidad se tratará de personas a las que no interesa en general el concepto de smartwatch o no le ven la utilidad necesaria como para adquirir uno, independientemente de la marca o el precio, por lo que no cabe interpretar ese 17 % como contrarios específicamente al Apple Watch sino al reloj inteligente en general.
Una posible respuesta de Apple ante esta situación podría ser la actualización del propio Apple Watch, un Apple Watch 2 que introdujera, al modo de lo que sucede con los iPhone, junto a alguna mejora técnica o de prestaciones un ligero rediseño, tecnología TouchID o Force Touch en la pantalla…
Otra posibilidad que parece descartable es la de un Apple Watch C con carcasa de policarbonato, visto el éxito que tal ocurrencia ha tenido en las ventas del smarphone de la casa.
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