En el IDF, Gelsinger anunció con orgullo que Larrabee, el largamente esperado chip que introducirá a Intel en el mercado de gráficos discretos, sería de lo más innovador, diciendo que la rasterización “había dejado de ser escalable y adecuada a las demandas del futuro”.
Sus palabras dieron mucho que hablar entre la comunidad de hardware y, causó bastante consternación entre los desarrolladores, para quienes el raytracing –el supuesto hijo predilecto del futuro desarrollo para juegos de Intel- no es santo de su devoción.
Tanta ha sido la confusión, que Tim Forsyth, uno de los miembros del equipo de Larrabee, ha tenido que mediar en el asunto. En su blog asegura que Larrabee no obligará a los desarrolladores a tener que cambiar sus juegos y cambiar la manera en que tienen de hacer las cosas: “Sólo hay una manera de renderizar los juegos DirectX y OpenGL que hay por ahí, y esa es la forma en la que fueron diseñados para funcionar: a través de la rasterización convencional”.
Así que parece que Larrabee no será al final la bestia raytracing que todos habíamos esperado. ¿Dónde estará entonces la innovación?
vINQulos
The Inquirer UK
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