La revolución se cuece en Facebook
La inclusión de la norma que regulará el tráfico de internet y el acceso a contenidos que no respetan el copyright en el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible no sólo ha creado un corriente de contestación popular, sino que además ha conseguido demostrar el creciente poder de convocatoria de las redes sociales entre la ciudadanía española.
La revolución ahora se sirve en Facebook. La red social líder de mercado está sirviendo para organizar a la oposición a la medida, gracias a un perfil que aglutina y coordina las acciones en contra de la norma. Su éxito está siendo abrumador.
El perfil Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en Internet cuenta ya con 45.299 amigos (y esas son cifras de las 16.59 horas, la última medición realizada por Silicon News), una cifra record teniendo en cuenta que las primeras adhesiones se produjeron ayer y que a eso de las 10.30 los fans de esta página eran prácticamente la mitad.
En Facebook, la actividad contra la norma llega también a otros portales más antiguos de oposición a Sinde, como el que reclama a Pocoyó, ministro de Cultura en lugar de González Sinde (menos de un millar de abonados) o el de Ángeles González Sinde pírate, que está casi en los 35.000 fans.
La revuelta es más discreta en Tuenti, donde la única página de la discordia es el perfil Ministra Angeles González Sinde pírate, con 135 amigos.
La medida ha conseguido también una movilización record en Twitter, donde los post con el hashtag #manifiesto está consiguiendo un número de entradas record, actualizándose de forma altamente regular. Silicon News ha hecho la prueba y en un minuto el flujo de actualizaciones con esta etiqueta ganó 13 entradas.
De hecho, y consiguiendo una repercusión record (los medios de comunicación se sirvieron masivamente de esta información), los asistentes a la reunión con la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, twittearon en directo el curso del encuentro.
La norma de internet española podría cambiar la red tal como se conoce y puede, además, modificar los modos de comunicación de los ciudadanos españoles para siempre. La revolución se cuece en Facebook… y quizás ahí se quede.
Los documentos de la polémica: el anteproyecto de ley y el manifiesto de la industria multimedia.