Esta cifra representa un ajuste frente a las primeras estimaciones, que observaban un incremento del 27 por ciento en este segmento hasta alcanzar los 17.900 millones de dólares en 2008.
Estableciendo posiciones Y es que el mercado de memoria Flash es muy cíclico. Se ha desacelerado durante 2007, se recuperará ligeramente en el presente ejercicio y despuntará probablemente en 2009.
La principal razón para justificar este ascenso responde a la mayor demanda de unidades SSD para portátiles. Apple ya lo ofrece como opción en sus MacBook Air (a 64 Gb), Toshiba comercializa discos SSD de 128 Gb con su familia Portegé y Dell ofrece desde 32 hasta 128 Gb en los Latitude y Precision.
HP y
Lenovo también han decidido incluir Flash NAND como opción en sus portátiles de gama alta; sin olvidar que Intel podría integrar a corto plazo unidades SSD de 80 Gb en su nueva plataforma Centrino 2.
Aunque contar con este tipo de memoria -más adecuada para la movilidad- supone al usuario pagar cerca de 600 dólares más por portátil, hace un par de meses la diferencia con los discos SATA alcanzaba incluso los 1.000 dólares.
Mientras Samsung acaba de presentar el primer prototipo SSD de 256 Gb, los analistas calculan un descenso anual en los precios del 50 por ciento por Mb, algo necesario para que llegue a popularizarse.
Y como nadie quiere perderse este mercado, a
Samsung, Toshiba, Hinyx y SanDisk le han salido duros competidores: los fabricantes tradicionales de discos duros -Seagate y Western Digital e Hitachi- además de los principales actores de almacenamiento: EMC, Dell, HP o Sun.
Los últimos rumores apuntan a que Seagate podría estar interesado en adquirir el 49 por ciento que Intel tiene en IM Flash Technologies, una joint-venture creada junto a Micron Technology (quien a su vez licencia a SanDisk). De producirse, el primer fabricante de discos duros del mundo confirmaría el prometedor futuro del mercado Flash.