La consolidación de la RSC
La responsabilidad social corporativa (RSC) apareció como una moda de management empresarial que prometía réditos ya no sólo a nivel económico, sino en la relación con el ciudadano- consumidor.
Pero tras años de idas y venidas sobre qué es o cómo debe ser aplicada, la RSC no sólo continúa formando parte de las empresas, sino que además se ha convertido en una obligación no escrita para todas las firmas, sea cual sea su tamaño, y en una marca de identidad que diferencia a unas empresas de otras.
“La RSC”, explica la directora de Responsabilidad Corporativa de Microsoft España, Olvido Nicolas, “no es una moda pasajera, es un pilar importante del nuevo capitalismo del siglo XXI, al menos para todas aquellas empresas con ánimo de perdurar y de trascender más allá de su sector de actividad específico”.
Las compañías intentan, por ello, que su ‘savoir-faire’, sus recursos y, sobre todo, su dinero se empleen en campañas de defensa y potenciación de las más diversas causas. Ecología, educación o vida sana son algunos de los temas en los que se centran las empresas. Importa poco de donde vengan, lo relevante es la causa que se defienda.
Software y RSC
Microsoft es una de las empresas que ha hecho de sus políticas de responsabilidad social corporativa su bandera. El interés específico de su anterior presidente, Bill Gates, le llevó a crear su propia fundación benéfica, la Bill&Melinda Gates Foundation, a la que ahora dedica su tiempo.
Las campañas de Microsoft abarcan muchos campos de trabajo, aunque la alfabetización digital y otras campañas de educación son algunas de las que más recursos abarcan.
Además, la firma es una de las muchas que apuestan por impulsar la responsabilidad social entre sus empleados. Microsoft acaba de anunciar la firma de un convenio de colaboración con SolucionesONG.org, un proyecto común de las Fundaciones Chandra y Luis Vives, para fomentar el voluntariado virtual entre sus empleados.
Pero no sólo las grandes compañías de software apuestan por la educación digital. infor business solutions, una desarrolladora catalana, colabora desde hace algunos años con varias universidades, puesto que la alfabetización sería “una de las claves” que potenciaría el uso de las TIC en la empresa, como explica el consejero delegado de la empresa, José Vicente Ruiz.
La firma, a pesar de su tamaño menor en comparación con los gigantes del sector, potencia que que los alumnos de estudios técnicos y empresariales de varios centros universitarios de España y Latinoamérica conozcan de primera mano las bondades del software específico.
Telefonía
La RSC no es exclusiva de las compañías de software. Las principales operadoras de telecomunicaciones cuentan con su propia fundación, desde las que organizan campañas sociales o desde las que potencian la investigación en su sector, uno de los campos de trabajo social favoritos de las empresas.
Así, Orange cuenta con la Fundación Orange, que busca “contribuir al desarrollo de la sociedad de la información en España” y que firma cada año un completo informe sobre la situación del sector en el estado, dossiers con alta difusión entre el mundo académico.
Vodafone es otra de las compañías del sector con una completa política de RSC. La compañía defiende que tratan de favorecer y promover el acceso y el uso de los servicios de la sociedad de la información, centrándose de forma específica en los colectivos con una mayor dificultad en el acceso a estos servicios.
Una de sus últimas campañas valdría como ejemplo de este interés en potenciar el acceso a la telefonía móvil de las personas con más dificultades. En colaboración con la Fundación CNSE, la operadora facilitará la igualdad de oportunidades de las personas sordas y con discapacidades de audición.
La reducción de barreras para las personas con discapacidades auditivas es una de las tendencias favoritas en materia de RSC de operadoras y fabricantes de este sector. Nokia, por ejemplo, acaba de presentar un accesorio, el Nokia Loopset, que facilita el acceso a las llamadas a través de los aparatos que facilitan la audición.
Réditos
Las políticas de responsabilidad social corporativa también tienen su lado oscuro. Hay quien no deja de verlas como una manera, únicamente, de mantener contento al cliente y conseguir de forma indirecta una fidelización del consumo. De hecho, ¿quién no ha escuchado alguna vez la explicación de ‘yo compro x porque me gusta como lo hacen’?
Y si a las empresas de cosmética les funciona el no experimentar con animales y a las aerolíneas la política verde en materia de CO2, a las compañías TIC la RSC también puede darles réditos comerciales.
De hecho, y dadas las dimensiones que estas iniciativas han tomando en los últimos años, la Unión Europea ya se ha pronunciado sobre la materia.
La resolución del 13 de marzo de 2007 del Parlamento Europeo reconoce que la RSC “representa un elemento esencial del Modelo Social Europeo y de la Estrategia Europea de Desarrollo Sostenible a la vez que responde a los retos sociales de globalización económica” y recomienda que aborde campos de trabajo que les haga funcionar como “un instrumento adicional para la gestión del cambio industrial y las reestructuraciones”.