La Wi-Fi pública, reina y azote de la época estival [Infografía]
A pesar del peligro que supone utilizar una red inalámbrica gratuita y compartida con personas desconocidas, el 69 % de los veraneantes elige esta opción para seguir conectados.
La llegada del verano puede significar tranquilidad y descanso para muchos profesionales. Pero, al final, este periodo tradicionalmente vacacional puede volverse en su contra si se relajan y se olvidan de aplicar buenas prácticas de seguridad.
Un estudio Kaspersy Lab revelaba hace unos días que cuando un profesional se va de viaje, aunque sea de negocios, acaba facilitando más a que le roben datos corporativos que el dinero que llevan consigo. Y ahora otro informe realizado por una segunda compañía de seguridad, en este caso una investigación de G DATA Software, advierte de los peligros de los viajes estivales.
Según datos de G DATA, 8 de cada 10 turistas no desconectan de Internet a pesar de estar fuera. El problema es que prácticamente el 70 % se conecta a través de redes Wi-Fi públicas y gratuitas que, “por regla general, no están bien protegidas”, tal y como se puede observar en la infografía que acompaña a estas líneas. Los expertos alertan de que “su tráfico de datos es fácilmente interceptable por los cibercriminales, con el añadido de que en muchas ocasiones la conexión se realiza desde dispositivos móviles no protegidos”.
“Los puntos de acceso Wi-Fi de aeropuertos y hoteles se convierten en estas fechas en objetivo de ciberataques, pues raramente están convenientemente protegidos y los cibercriminales pueden interceptar fácilmente el tráfico de datos que circula a través de ellos, desde contraseñas a tarjetas de crédito y todo tipo de información personal”, señala Tim Berghoff, experto en ciberseguridad de G DATA Software. “Por este motivo, los turistas deberían evitar sin ninguna duda las compras y la banca online a través de redes WiFi públicas”.
“Además”, añade Berghoff, “las fotos de las vacaciones no deberían subirse en tiempo real a Facebook”, ya que “una foto inocente puede convertirse en una información valiosa para los ladrones”.
Otra práctica desaconsejable consiste en recurrir a equipos informáticos públicos, ubicados en cibercafés y los propios hoteles o el alojamiento elegido para las vacaciones. A esta solución recurre un 21 % de los veraneantes, a pesar de que dichos dispositivos “tampoco suelen cumplir con unos requisitos mínimos de seguridad”.