La Fed y el BCE
En una semana algo seca de datos macro relevantes los mercados han
atendido casi exclusivamente a los comentarios realizados por las
entidades y agentes económicos y a la información de corte geopolítico
(Afganistán, Palestina, Irak, Hamas, bombas en Francia, etc.). En cuanto
a esta última, el objetivo era encontrar alguna pista sobre cualquier
avance que pudiera hacer pensar en una relajación de las tensiones que
afrontamos en estos momentos (algo que para el corto plazo creemos
francamente difícil).
En realidad, el mercado está ansioso por
que se termine el trimestre y se inicie el ciclo de publicaciones de
resultados corporativos, en el que se podrían apuntar avances sobre las
previsiones de las propias compañías.
Avanzamos (porque lo
comentaremos más adelante) que además de esto, los datos macro
concernientes a las confianzas y expectativas han tomado un protagonismo
importante después del atentado de Madrid.
Entre los comentarios
relevantes hemos detectado cierto interés en los realizados por los
agentes de la Fed y el BCE. La Fed ha vuelto a dar otro aviso para
navegantes diciendo que los tipos tendrán que subir en algún momento,
aunque reiterando que se mantendrán bajos por un tiempo. Probablemente
la entidad está algo preocupada debido a que hay señales como los
precios de los commodities, los precios de bienes importados, los
precios industriales y las encuestas manufactureras que ya apuntan que
la cadena de inflación se ha iniciado. La Fed desearía probablemente
actuar antes de que sea demasiado tarde, pero sin embargo tiene que
bregar con el dilema que le presenta un mercado de trabajo que no ha
despegado todavía con fuerza. Las razones con las que justifica su
paciencia son la posibilidad de que la utilización de los recursos y la
inflación tarden en repuntar (esta ya nos la estamos cuestionando), la
preferencia por el coste de equivocarse en no subir que en el de subir
tipos y finalmente las cuestiones referentes al mercado laboral. Sin
embargo, queremos notar aquí lo que desde la Fed se entiende como
paciencia, ya que da una pista clave de lo que el futuro nos depara.
La Fed entiende que tener paciencia podría ser esperar y no hacer nada, o
subir gradualmente los tipos y comprobar la reacción de los agentes,
evitando con ello políticas contractivas súbitas (precisamente nosotros
nos adherimos a esta posibilidad hace ya tiempo). De este modo, pensamos
que es razonable empezar a trasladar las primeras subidas desde finales
del segundo trimestre de 2004 hacia el tercer trimestre de 2004, o
incluso cuatro trimestre de 2004 si asumimos que se intentarán minimizar
las interferencias con las elecciones del noviembre.
Peticiones y nóminas continúan en cuadrante superior izquierdo
Creemos en cualquier caso que el mercado está muy confiado con esta
cuestión, y que por ello el efecto sorpresa será tanto más fuerte en el
momento en que veamos que las contrataciones resurgen sin previo aviso.
Hay tres indicios que nos hacen tomar esta posición. El primero lo hemos
introducido aquí ya varias veces y se trata de la evolución mensual de
las peticiones de desempleo.
El segundo también lo hemos
comentado asiduamente, ya que la ligazón existente entre nóminas y los
pedidos de bienes de capital tiene una correlación positiva que avanza
cada vez con más fuerza la posibilidad de un dato de creación de empleo
sólido.
El tercer indicio está relacionado con la demanda de
préstamos corporativos, ya que según parece las compañías están pasando
de forma activa a endeudarse después de 4 años en los que se ha reducido
el tamaño y reparado la calidad de los balances, y se han recortado los
procesos de inversión. ¿Para que endeudarse sino es para invertir y por
ende contratar más personal? (aunque sea de forma más moderada que en
los años de la burbuja de inversión). Un detalle adicional a tener en
cuenta es que las compañías podrían estar anticipando inflación,
endeudándose ahora para que la carga real de los intereses (si son a
tipo fijo) se vea disminuida en los próximos ejercicios. Si esto es así,
¿por que no demandar tipos más elevados ya mismo?
Según parece, y
esto es un argumento que justifica la lentitud del mercado para asumir
que los tipos deberían de subir en todos los plazos, existe un fenómeno
llamado sesgo por lo reciente, que hace que se estime incorrectamente la
inflación al pensar que su evolución va a ser semejante a la historia
conocida más reciente. Así, en periodos de elevada inflación se cargan
tipos muy altos (anticipándose a un futuro en el que los precios suben
más y más) mientras que cuando ésta es baja se cargan tipos muy bajos
que dejan al prestamista desprotegido en los siguientes periodos en los
que la inflación retorna a la normalidad.
Los pedidos de bienes de capital continúan anticipando creación de empleo
En cuanto al BCE, sus últimas aseveraciones vuelven a apuntar la
posibilidad de que se lleve a cabo una reducción de tipos en los
próximos meses (cuestión que avanzamos muy recientemente en el informe
de estrategia de la última semana).
En principio se ha admitido
que si en los próximos meses no se recupera el tono de la demanda se
podría reducir la estimación de crecimiento para el 2004 que actualmente
se encuentra en torno al 1,6 por ciento (2,4 por ciento en 2005). Esto
por sí mismo podría ser el catalizador de una bajada de tipos,
posibilidad que queda reafirmada con los comentarios de alguno de los
miembros de la entidad, que señala que el BCE todavía tiene munición
para reactivar el crecimiento.
Creemos que uno de los puntos de
atención principales para la institución y para los mercados va a ser
evolución de las confianzas consumidoras (del que ya disponemos de
referencias en Estados Unidos con el dato de Michigan), que podrían
encajar un duro golpe por el atentado de Madrid (aunque ya estaban
debilitadas por una tasa de desempleo del 8,87 por ciento; las causas
por las que, según el BCE, la confianza consumidora no mejora son la
evolución del mercado laboral, el retraso en muchos países para iniciar
las necesarias reformas estructurales y la sensación de la población de
que la inflación futura será elevada dañando con ello la capacidad
adquisitiva). En palabras del propio BCE, hasta ahora la demanda externa
y la inversión empresarial han llevado la voz cantante, sin embargo, una
recuperación sin crecimiento en el gasto en consumo no resulta
convincente.
La próxima reunión para decidir los tipos será el 1
de abril, y es probable que incluya alguna valoración sobre las
consecuencias del atentado (con los datos disponibles es quizá un poco
pronto para decir que la bajada de tipos se va a producir en esa fecha;
el mercado descuenta las primeras bajadas en junio).
Podemos
decir por tanto que esperamos un comportamiento divergente de los tipos
a corto en Europa y Estados Unidos con una señal y consecuente reacción
del mercado opuesta. Es decir, que en Estados Unidos la reacción a corto
del mercado ante una subida de tipos podría ser adversa pero con un
mensaje de fondo esperanzador sobre la economía, mientras que en Europa
el mercado podría celebrar una bajada (si no lo ha hecho ya) pero con un
mensaje de cautela o menos optimismo para los próximos meses (una bajada
fuerte podría ser incluso negativa). Mientras tanto el euro podría
recibir un doble apoyo depreciador si se producen finalmente estos dos
movimientos de tipos cortos que proponemos. De hecho, se podría decir
que desde hace unas semanas podría estar descontando una evolución
semejante a la que comentamos aquí.
En general detectamos que
existen oportunidades de trading debido a la volatilidad y los rebotes
del mercado (que como decimos en el título eclipsan la detección de
tendencias), pero no tenemos nada consistente que nos invite a pensar
que los próximos meses van a ser precisamente fáciles.
Referencias macro de la semana
En cuanto a las referencias macro de la semana, estas han sido escasas
pero con aspectos dignos de mención. En Estados Unidos al cierre de la
semana pasada el índice de la Fed de Philadelphia de marzo daba un tono
positivo al mantenerse en zona expansiva apuntando creación de empleo, y
ciertos indicios de que se ha reactivado la cadena de inflación según
muestra el avance de los precios recibidos.
Posteriormente el
informe de febrero de pedidos de bienes duraderos daría una visión
agregada positiva (crecen un 2,5 por ciento vs 2,7 por ciento) que queda
un poco disminuida por la revisión a la baja del dato anterior y por un
crecimiento más moderado de la cifra que excluye las distorsiones de los
bienes de transporte 8-0,3 por ciento vs +0,6 por ciento anterior). No
obstante los pedidos de bienes de capital (relacionados con las nóminas)
avanzaron un 4,5 por ciento, y un 1,1 por ciento si excluimos de esta
cifra aeronaves y defensa, lo cual es al menos un registro aceptable.
En la revisión del dato final del PIB del cuarto trimestre de 2003 obtuvimos
buenas noticias al revisar al alza el consumo privado y los deflactores
incluyendo el subyacente del consumo que pasó de 0,7 por ciento en la
primera revisión hasta 1,2 por ciento en el dato definitivo (alimentando
lo que antes comentábamos sobre la Fed y la inflación).
El índice
de Confianza Consumidora de la Universidad de Michigan final de marzo ha
subido con respecto al dato preliminar y anterior, superando claramente
las estimaciones. Esto podría ser resultado del ánimo que podría estar
insuflando en los consumidores la devolución de impuestos junto con un
efecto en principio despreciable de los atentados en Madrid (aquel sitio
por Europa que está tan lejos…).
En principio los consumidores
norteamericanos parecen ajenos a los acontecimientos que podrían tener
lugar a medida que se cierra la campaña electoral (decimos esto sin
ánimo de ser agoreros, sino tomando nota de las advertencias que ha
realizado el propio FBI).
En la Eurozona se publicó el dato del
IPC de Alemania que sorprendió al alza tanto en el registro mensual
(+0,4 por ciento vs +0,2 por ciento estimado y vs +0,2 por ciento
anterior) como en el interanual (+1,1 por ciento vs +1,0 por ciento
estimado y vs +0,9 por ciento anterior). Esta cifra aleja por una parte
el temor de que nos íbamos a enfrentar una inflación extremadamente baja
y además ratifica que la inflación podría estabilizarse con ligeros
incrementos tal y como esperaba el BCE para el conjunto de la Eurozona
para la mitad del año.
El IFO alemán de marzo empeoró desde 96,4
hasta 95,4, tanto por la parte de las expectativas como de las
condiciones actuales. Nuestra lectura es que este resultado no invalida
el proceso de recuperación, pero sí vuelve a invitar a la cautela. Un
dato muy positivo ha sido que no se han encontrado diferencias
significativas entre los registros recogidos antes y después del
atentado en Madrid.
Habrá que esperar a las cifras de confianza
consumidora europea ya que en caso de empeorar podrían retroalimentar
negativamente el IFO alemán.
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