Libelium y el Museo de Huesca han desarrollado un proyecto en el que combinan arte y tecnología mediante el Internet de las Cosas para fomentar la conservación del patrimonio artístico. Ambas entidades han anunciado la firma de un acuerdo por el que se comprometen a la conservación de dos obras maestras de tapicería.
El primero de estos tapices se llama Tiraz de Cols, una lujosa pieza del s. XI elaborada con oro y seda. El Tapiz de Roda de Isábena, la segunda pieza, pertenece al s.XVI y fue robado en 1979 de la catedral de Roda de Isábena, en Huesca, por Erik El Belga.
Después de haber sido anunciado en una subasta en Bélgica, fue identificado por un restaurador de arte como perteneciente a la Guerra Civil española que había experimentado un largo camino a lo largo de cinco países distintos en numerosas subastas: Bélgica, Alemania, Italia, Francia y Estados Unidos. Finalmente, y después de 30 años desde que fue robado, el tapiz de Rosa de Isábena fue encontrado en Houston, Texas.
Hay que tener en cuenta que las piezas de arte necesitan estar conservadas en un lugar con determinadas condiciones lumínicas y de humedad. Un exceso de luz podría causar la pérdida irreversible de color, al igual que la humedad afecta a la imagen, pudiendo dilatar los materiales y afectando al diseño.
Los conservadores del museo de Huesca vigilan atentamente las condiciones en las que se encuentran estos tapices. Fernando Sarria, Director del Museo de Huesca, explica: “La luz se acumula, así que la luz natural junto a la luz general que ya hay en la habitación podría afectar al tapiz. Estas piezas deberían de recibir, como máximo, 50 luxes. Pero con estas nuevas regulaciones hemos logrado que se reduzcan a 30”.
En cuanto al arte, se genera una disputa entre el visitante y el conservador. Los primeros reclaman más luz para ver mejor la pieza, mientras que los conservadores prefieren un ambiente más tenue. Es esto lo que supone la rotación de obras en los museos. Por eso se ha recurrido a la tecnología de Libelium y se han instalado sus dispositivos Plug & Sense! en estas dos piezas de tapicería.
A la vista sólo se encuentra un sensor de luz, este dispositivo recopila datos que se envían a Internet mediante una conexión 4G y llegan de forma gráfica a una web donde pueden ser analizados en tiempo real. Así, el equipo de restauración del Museo de Huesca podrá registrar los datos y hacer un seguimiento de su evolución según los parámetros de medición en según qué momento del día. Esto se traduce, también, en la posibilidad de generar informes para su propio archivo o para el Patrimonio Histórico.
Alicia Asín, CEO y cofundadora de Libelium, comenta: “Con esta colaboración, Libelium quiere poner su innovación y tecnología al servicio de la conservación del patrimonio aragonés e inspirar a otras entidades culturales a usar las posibilidades que ofrece el IoT para una mejor conservación de las obras de arte”.
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