La tecnología, el nuevo mecenas del arte
La tecnología se está convirtiendo en uno de los recursos más utilizados en el proceso de creación de los artistas contemporáneos, algunos de los cuales van más allá del mero uso de las TIC invitando al espectador a interactuar con su obra y a dejar su rastro en ella. Un claro ejemplo de esta tendencia artística ha sido puesta en práctica por Pedro G. Romero con su última obra “Archivo F.X.: La ciudad vacía” con la tecnología de HP.
Colaboración de HP
En concreto, HP ha colaborado con la obra de Romero cediendo nueve PCs dc7600 con nueve monitores TFT de 19 pulgadas, así como impresoras láser HP LaserJet 4300 y un equipo de gran formato HP Designjet 5500. Con estos dispositivos es posible reproducir y visualizar las diferentes ideas que el artista ha asociado para la creación de este proyecto, “con la intención de construir un paisaje en el que el artista invita a los visitantes a convertirse en actores, a interactuar con la obra y a dejar su huella en ella”, afirma Pedro Romero. Para ello, el artista ha construido con andamios una estructura de siete torres, intercomunicadas entre sí, que rememora una de las últimas infraestructuras urbanísticas de protección oficial acometidas en la era franquista: Badía del Vallés, o ciutat Badía, como se la conoce popularmente. Construida entre las décadas 60 y 70, ciutat Badía permaneció durante dos años sin habitar porque los arquitectos olvidaron construir el trazado de las canalizaciones de agua; sin embargo, destaca la preocupación de los urbanistas de la época por darle la forma de la Península Ibérica, tal y como puede apreciarse desde una perspectiva aérea.
Tecnología de vanguardia
En los diferentes niveles de esta construcción se pueden encontrar equipos informáticos y audiovisuales que incitan al visitante a participar en la obra de diferentes modos. Desde un juego de solitario en el que los naipes han sido sustituidos por puertas (fotos de distintos portales de las calles de ciutat Badía), hasta una webcam por la que se visualiza el cielo de Badía en tiempo real, pasando por el procesamiento e impresión de los 4.600 fotogramas de un corto cinematográfico, o la reproducción de una imagen mapeada en código ASCII que provocan un efecto visual en el espectador. El proyecto se completa con una exposición del archivo fotográfico que el autor ha ido formando durante años. Más de mil imágenes en torno a la iconoclastia. Para facilitar el acceso del visitante a toda esta información se han colocado varios PCs de HP en los que consultar informaciones complementarias, así como material audiovisual relacionado con la temática.