La sombra de iOS 7 es alargada: Un repaso por el rediseño de apps móviles
El salto visual que ha pegado el sistema operativo de Apple en su última versión ha provocado también la transformación de las aplicaciones más populares que pueblan su ecosistema.
Libre de sombras, adornos y botones superfluos, incluso naif. Así es desde el punto de vista visual iOS 7, el nuevo sistema operativo que rige los designios de los dispositivos móviles de Apple y niño mimado del vicepresidente sénior de diseño de esta compañía, Jony Ive. Y es que él ha sido el encargado de repensar el “look and feel” de una plataforma que nació en 2007 junto al primer iPhone y que durante años ha estado marcada justo por la tendencia contraria, esto es, el impronunciable skeumorfismo o la vinculación constante de elementos con sus contrapartes en la vida real para guiar a los usuarios. Aunque Steve Jobs defendía este estilo, lo cierto es que los tiempos han cambiado. Con el advenimiento de una movilidad ya omnipresente y la conquista tecnológica por parte de los nativos digitales, esta forma de presentar la interfaz y los propios iconos se antoja innecesaria.
Pero no sólo para iOS 7 en sí, sino para muchos otros elementos que están obligados a entrar en contacto con él, de una u otra manera. Acostumbrado por anteriores puestos de dirección a dejar su impronta sobre piezas de hardware, no de software, Ive se ha cuidado de vigilar que los nuevos iPhone, el iPhone 5s de gama alta y el colorido iPhone 5c con carcasa de plástico, casen a la perfección con los imperativos visuales de iOS 7. Y así lo explicó el propio interesado durante su intervención en la presentación de ambos dispositivos. Además de estos smartphones que han surgido a la par que la séptima gran actualización del software de Cupertino, los programas de la firma de la manzanita y de terceros también han seguido la misma línea de transformación. Tanto es así que el rediseño de aplicaciones oficiales durante los últimos días se ha convertido en furor.
El contenido es lo primero
Una de las últimas ha sido Instagram, que dado su carácter puramente visual y su debilidad por cualidades como “la belleza y la sencillez”, tal y como describen sus responsables, ha decidido dar todavía más peso al contenido. ¿Cómo? Expandiendo el tamaño de fotos y vídeos, hasta colmar los extremos, y ampliando también su resolución. No en vano, una de las máximas de iOS 7 es precisamente la simplicidad, que se traduce en una estructura clara que prescinde de los elementos “que no aportaban nada” para que los usuarios se centren “en lo que de verdad importa: tu [o más bien, su] contenido”, dice Apple. “La simplicidad suele asociarse con el minimalismo”, continúa. “Pero la verdadera simplicidad es mucho más que la ausencia de desorden o adornos. Es dar la solución adecuada en el lugar y el momento justos. Es dar sentido a la complejidad. Es hacer que las cosas funcionen sin más. Es tener algo en la mano por primera vez y saber cómo usarlo”.
Es, en resumidas cuentas ofrecer algo revisado en sus directrices pero sin perder de vista la familiaridad de uso. Aunque en este punto hay opiniones enfrentadas, por un lado de los que defienden la transición de iOS 6 a iOS 7 como un canto a la modernidad y por otro la de aquellos usuarios que añoran el estilo tradicional, con comentarios tirando más bien a negativos. Frente a ellos, la postura de Apple es justificar el lavado de cara como consecuencia directa de otra modificación que vino antes, la referida al funcionamiento, “porque un buen diseño es el que está al servicio de la funcionalidad”. Sus pilares fundamentales serían la claridad, como ya se ha apuntado, la profundidad y la deferencia. Mientras lo primero se consigue combinando iconos y texto definidos y adornos más sutiles, lo segundo consiste en la superposición de capas jerárquicas y la integración de animaciones, y lo tercero no es más (ni menos) que poner a los usuarios por delante.
Una oportunidad para los desarrolladores
Todos ellos traerían aparejados “cambios fundamentales y generalizados a la experiencia iOS” y, a partir de ahí, “iOS 7 ofrece una rara oportunidad para revisar la forma en la que las aplicaciones comunican su propósito fundamental y la funcionalidad para los usuarios”, insiste Apple. Puede que estos usuarios tengan sus propias filias y fobias, y al final no les quede más alternativa que adaptarse a una nueva forma de entender iOS que les sacará de su zona de comodidad durante los primeros días. Pero para los desarrolladores supone un gran campo de experimentación, respetando, eso sí, las pautas generales que la meticulosa empresa californiana ha trazado previamente. Les da la ocasión de crear una imagen fresca para sus aplicaciones, de poner su imaginación a carburar y, también, de intentar adelantarse a la competencia en esta transformación.
Si bien un rival directo como Google Play supera a la Apple App Store en número de descargas, la tienda de aplicaciones para iOS sigue aventajando a las demás en cantidad de ingresos obtenidos y en beneficios que, evidentemente, reporta a estos desarrolladores que ayudan a incrementar su ecosistema. Se calcula que App Store disfruta de 2,3 veces más ingresos que el mercado patrocinado por la firma de Mountain View, por ejemplo, lo que sirve de motivación extra. A esto hay que sumarle otras dos cifra que que demuestran el poderío de los de Tim Cook: los 700 millones de dispositivos iOS vendidos en su historia, cifra que está a punto de superarse o al menos eso se ha predicho, y el 60% de terminales actuales que cuentan con iOS 7 de serie o se habrían pasado a la nueva versión en poco más de una semana.
Iconos, barra de estado, tipografía, colores y mucho más
¿Cuáles son, exactamente, las tendencias que están siguiendo las aplicaciones para sumarse a iOS 7? La puerta de entrada a cualquier app móvil son los iconos. Esto es lo primero que ve un usuario cuando descubre una programa, si va la tienda para descargárselo o, sencillamente, cada vez que enciende su smartphone o tablet PC. Los iconos que Apple ha ideado para sus aplicaciones oficiales han servido de espejo en el que reflejarse con su estilo conceptual, una paleta de colores redefinida y las formas cuadradas tirando a redondeados sin sombras paralelas ni perfiles marcados. Este diseño “flat” (plano) ha sido aprehendido por los iconos de apps para iOS tan diversas como el servicio de correo electrónico Gmail, que se olvida de volúmenes gruesos en la parte inferior; el gestor de contenidos WordPress, que se pasa a la combinación exclusiva de blanco sobre azul; la red social basada en geolocalización Foursquare que, aún manteniendo su característica pelota verde y otros elementos, borra bordes y texturas; o la radio en streaming Pandora, que se come texto hasta dejar una P solitaria.
Ya dentro de las propias aplicaciones, existen varios puntos de encuentro. Por un lado, la barra de estado que se representaba uniforme a lo largo de todo el sistema se integra ahora como un elemento más de la propia aplicación. Esto quiere decir que los desarrolladores pueden pintarla con el color de la barra de navegación, de modo que la imagen global en pantalla resulta mucho más cohesionada y dicha barra se convierte en una parte más de la app. Esto es lo que han hecho el programa para toma de notas Evernote o las redes sociales Facebook y Twitter, una en verde y las otras en el azul que tanto las caracteriza. Y, como no iba a ser menos, otras barras como la de búsqueda y la de pestañas experimentan sus respectivas mutaciones. La primera ya no es tan redondeada y centra perfectamente su lupa, mientras que la segunda, que sirve para cambiar entre diferentes subtareas, ya no es opaca. Aquí los iconos también se han simplificado de manera radical, hasta el punto de convertirse en muchos casos en meros trazos de la imagen a la que sustituye. Para muestra la iconografía ultradelgada del lector Kindle o la creación del gigante online Yahoo!.
Por otra parte, se desvanece el concepto de botón en sí, en una recomendación que ha sorprendido a propios y extraños y que se vuelve evidente a la hora de representar la acción de “ir atrás” o “ir adelante” sólo con palabras y el símbolo “<” o “>”. Lo hace Twitter en la ventana de añadir tuits, la plataforma de e-commerce eBay en las consultas de los productos a subasta o el servicio de VoIP Skype en las listas de contactos. Y, aunque la nueva paleta de colores de iOS 7 es más alegre y saturada, de momento buena parte de las aplicaciones de terceros ha preferido respetar la sobriedad anterior para mantener su imagen corporativa intacta. Donde no han tenido tantos remilgos es a la hora de aceptar el giro hacia una letra Helvetica Neue de más fácil la lectura que se adapta dinámicamente en grosor y tamaño a cada pantalla, esto último gracias a una nueva característica del sistema operativo de Apple.
Con la introducción del iOS “made by” Jony Ive, todas las aplicaciones han tenido la posibilidad de tomar un rumbo diferente en sus diseños. Las más famosas ya han aportado su grano de arena para que el resto se anime y venga detrás, aunque a nadie debería extrañar que dentro de la remesa inicial de apps especialmente diseñadas para iOS 7 haya un buen puñado que se decante por el camino de la transición paulatina. Hay casos en los que se pone el peso de la actualización en el background (el agregador de noticias Flipboard), donde es difícil encontrar las siete diferencias entre el antes y el después (el creador de vídeos cortos Vine) o que varían lo justo y necesario para no despistar a sus usuarios, con detalles puntuales (el anteriormente nombrado Facebook). ¿Los más osados? Quienes han sabido sacar el jugo a iOS 7 tanto a nivel visual como de prestaciones, tipo el software para reconocer música Shazam que se mimetiza incluso en numeración al ir ya por la versión 7.0. ¿Cuál será la próxima aplicación en caer rendida a iOS 7?
Mientras esperamos puedes echar un vistazo a las características de otros productos estrella de Apple, sus dos nuevos iPhone, a través de nuestra galería “Un iPhone 5s más potente y un iPhone 5c no tan low-cost“:
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