La promesa doméstica de la impresión 3D
Tras popularizarse en distintas industrias, la impresión 3D busca dar el salto más importante: el de llegar al mercado de consumo. ¿Lograrán las impresoras 3D entrar en todas las casas?
El futuro de las impresoras 3D: tarde o temprano, llegarán
La conclusión principal es que los obstáculos, aunque muchos, son salvables, y que antes o después las impresoras 3D llegarán a las casas y se convertirán en un elemento más. Las grandes incógnitas son el cómo y el cuándo. Xavi M. Faneca de RepRapBCN no se atreve a dar fechas, pero sí adelanta que no cree que las impresoras 3D del futuro “funcionen a base de hilo fundido de plástico como lo hacen ahora”. Faneca se inclina a pensar que “el futuro está en la Sintetización Láser de un polvo de plástico, como funciona actualmente la tecnología más extendida industrialmente”. Eso sí, apunta que para eso “aún tienen que caducar algunas patentes”.
RepRapBCN ve también que, conforme la tecnología vaya mejorando, no tardarán en llegar las grandes empresas que “querrán explotar hasta el último céntimo de las posibilidades de todo esto”. Según Faneca, “tendremos impresoras 3D en las grandes cadenas” y “todo el mundo podrá comprar una”, pero el proceso tiene todavía muchas limitaciones, especialmente su inestabilidad.
Desde ThreeDee-You también ven el día en el que las impresoras 3D sean un producto de masas bastante lejano, ya que va a “tardar mucho que los costes bajen lo suficiente para que los hogares se puedan permitir las pruebas y errores que permite la impresión en papel”. En Cubify, por su parte, creen que el futuro pasa por hacer que la “creación de contenidos 3D” sea más sencilla, por lo que, además de las impresoras, son básicas las apps y las herramientas de diseño que faciliten la tarea.
Es decir, se habla de un futuro todavía a bastante largo plazo, pero nadie duda que la tecnología avanzará lo suficiente como para hacer posible que las impresoras 3D puedan ser accesibles, económicamente y a nivel de uso, para los usuarios. Después todo dependerá de si a estos les interesa lo suficiente y, si es así, de si los problemas de propiedad intelectual derivados de su utilización masiva no frenan su expansión. Aunque, si seguimos comparando con el intercambio de archivos audiovisuales, posiblemente quien se tenga que adaptar a la nueva situación entonces sea la industria.
Pase lo que pase, el nuevo mercado de la impresión 3D promete dar muchos titulares. ¿Serán los nuevos smartphones y tablets? Cuando el primer gran fabricante se lance a producir impresoras 3D a nivel consumo, se tendrá la primera pista.