La promesa doméstica de la impresión 3D
Tras popularizarse en distintas industrias, la impresión 3D busca dar el salto más importante: el de llegar al mercado de consumo. ¿Lograrán las impresoras 3D entrar en todas las casas?
Desde hace unos meses no se habla de otra cosa en los círculos tecnológicos. De todas las tendencias y promesas que se espera que se materialicen en un futuro no muy lejano, la del salto al mercado de consumo de la impresión 3D es una de las que más se está hablando. Es una tecnología que existe desde hace ya muchos años y que en industrias como la de la medicina o la arquitectura es cada vez más común, pero ahora se habla de algo diferente. Se habla de la llegada de las impresoras 3D a todos los hogares.
En este boom que se ha dado en los últimos años ha tenido mucho que ver la llegada de distintas empresas que fabrican y comercializan impresoras 3D. Está, por ejemplo, MakerBot, fundada en 2009, que con su Replicator 2 va ya por la cuarta generación de sus impresoras 3D, intentando con cada actualización acercar un poco más la tecnología a los usuarios de a pie, tanto en precio como en facilidad de uso. Está también Cubify, que empezó a vender impresoras en mayo del año pasado, destinada exclusivamente a llevarlas a las casas.
Pero no hay que ir hasta Estados Unidos para encontrar compañías que se dediquen a la impresión 3D. En diciembre de 2011 nació en el marco de la Fundación CIM en Barcelona el proyecto RepRapBCN, que se dedican tanto a vender impresoras como a “evolucionar la tecnología asociada a las mismas”, según cuenta Xavi M. Faneca. Y, sin la opción de comprar la máquina, la impresión 3D está también presente en proyectos como el de ThreeDee-You Foto-Escultura 3d-u, que crea foto-esculturas de quien se pase por su tienda.
Que la tecnología está cada vez más presente y cerca del consumidor está claro, la pregunta es: ¿llegarán las impresoras 3D a convertirse en productos de masas? Los obstáculos son muchos y todavía grandes, y en la industria hay visiones de todo tipo, desde los más optimistas (los que, como Cubify, venden impresoras 3D “domésticas”) hasta los más escépticos, pasando por los que se quedan con el sí, pero a largo plazo.
Mientras tanto, siguen apareciendo productos y prototipos como el de 3Doodler, el bolígrafo-impresora 3D de WobbleWorks que ha reventado Kickstarter estos días. La impresión 3D ya está aquí… ¿se quedará?