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La nueva era del Data Center: convergencia e hiperconvergencia

Los nuevos centros de datos definidos por software tienen en las infraestructuras hiperconvergentes su mejor aliado.

Para hablar de estas infraestructuras nuevas Rosalía Arroyo, redactora jefe de ChannelBiz, se ha reunido con dos expertos del mercado, Alejandro Giménez, CTO de EMC; y Javier Fernández de Benito, ingeniero de sistemas de VCE.

La hiperconvergencia es una forma diferente de acceder y usar la infraestructura, donde los componentes que tradicionalmente tienen su función específica en diferentes capas (computación, red y almacenamiento) ahora ya no aparecen físicamente separados sino que están juntos en un único hardware. La separación de las diferentes capas se hace a nivel software, es el software el que determina cómo diferentes nodos van a compartir almacenamiento, creando arrays virtuales, y cómo la virtualización de computación se va a distribuir en esos diferentes nodos. En definitiva, la hiperconvergencia es una forma diferente de utilizar una infraestructura que ya conocemos.

“La palabra clave aquí es software, ya que es lo que va a proporcionar valor, funciones y funcionalidades a unos elementos hardware que son indiferenciados, que crecen por bloques uno encima del otro y que se comporta como un pull de recursos”, explica Alejandro Giménez, CTO de EMC.

Diferencia entre convergencia e hiperconvergencia

En las infraestructuras convergentes, sin perder de vista que la convergencia tiene que significar total integración entre las diferentes capas, estas capas son físicamente diferentes. Hay una cabina específica para el almacenamiento, una para la carga de computación y unos elementos de red diferenciados totalmente.

“Cada una es especializada y de cada una se aprovecha la especialización que puede dar, por ejemplo, la réplica de cabina o las características especiales de unos elementos de red. Por su parte, a nivel técnico, la hiperconvergencia aglutina todas estas funcionalidades en un único tipo de nodos y estos nodos trabajan todos ellos de forma conjunta permitiendo escalar, es decir, que cuando tengamos que crecer añadamos nuevos nodos. Aquí, la compartición de recursos -el convertirse en un pull de recursos de computación, red y almacenamiento- se hace por software”, pone de manifiesto Javier Fernández de Benito, ingeniero de sistemas de VCE.

En la convergencia una cabina puede añadir discos sin que la computación se vea afectada y en la hiperconvergencia cada nodo es íntegro en todos los componentes y estos crecen en paralelo, no necesariamente siempre en los mismos ratios pero sí todos a la vez.

Por otro lado, ambas infraestructuras tienen en común que están orientadas a organizaciones que quieren abandonar la parte más difícil de la integración de pequeños elementos para construir un sistema total y que necesitan una nueva agilidad, velocidad en la construcción de sus infraestructuras. “Para ello optan por comprar algo que está construido, probado y reconocido en el mercado y empaquetarlo conjuntamente”, pone de relieve Giménez.

Cabe preguntarse en qué casos conviene utilizar una u otra infraestructura. El gran elemento común para comprar convergencia e hiperconvergencia es la transformación. “Hay cosas en el data center que están cambiando y las empresas se ven sometidas a una serie de presiones para abordar nuevas aplicaciones de negocio, ahorrar tiempo en integraciones, etc. El caso de uso de una infraestructura convergente o hiperconvergente dependerá del tipo de transformación que se desee abordar”, aclara el directivo de EMC.

“El cliente potencial es aquel que pretende acabar con la ineficiencia de los silos dentro de IT para trabajar de manera coordinada y eficiente y ganar recursos libres para su transformación. En este contexto, no hay una línea divisoria exacta aunque los entornos transaccionales clásicos, como las grandes bases de datos, ERP, etc. suelen ir más alineados a la convergencia debido a esa especialización de cada capa de hardware. Por su parte, las aplicaciones para entornos distribuidos, por ejemplo analytics, de carga redistribuida o a caballo entre uno y otro -como los escritorios virtuales- pueden ir más hacia la hiperconvergencia. También, entornos nuevos que se empiezan a desplegar y que van a tener un crecimiento indeterminado, no sabemos a qué ritmo, pueden ir ligados a la hiperconvergencia. En todo esto interviene la planificación de crecimiento de la empresa y la racionalización de los recursos”, especifica de Benito.

Ventajas económicas y de llegada al mercado

Hay una gran ventaja económica en las infraestructuras convergentes e hiperconvergentes muy clara a la hora de operar en el día a día y en el despliegue de aplicaciones nuevas (generando todo un entorno nuevo donde las empresas no tienen que integrar nada sino que les viene dado).

También hay una gran ventaja organizativa, ya que se pasa de tener departamentos estancos que gestionan el almacenamiento y los procesos, a empezar a considerar todo esto como un servicio, una simplificación de los silos IT”, aclara el CTO de EMC.

Ahora que se habla mucho de cloud, este tiene también grandes ventajas operativas, si no se tiene un hardware alineada con la demanda del software cloud, realmente se pierde gran parte del valor que aporta la nube, con lo cual tanto directa como indirectamente una gran ventaja es la rebaja del coste. Esto permite también llegar antes al mercado. En el caso de la hiperconvergencia se consigue una automatización mayor al estandarizar más”, apunta por su parte el ingeniero de sistemas de VCE.

Además, la respuesta ante a las demandas del mercado pueden ser mucho más rápidas. Los clientes potenciales de ambas infraestructuras son todos, empresas grandes y pequeñas a diferentes escalas. “Se utilizan appliances de convergencia e hiperconvergencia para un único entorno operativo en una empresa pequeña o mediana e incluso en una oficina remota; hay bloques diferenciados de disaster recovery, etc. para introducir ahí las aplicaciones tradicionales de bancos, grandes telecos y en general grandes corporaciones; y se utilizan racks para crecer prácticamente hasta el infinito”, especifica de Giménez.

“El punto de valor para las empresas pequeñas es que pueden disponer de recursos inmediatos, rápidos y de pago por uso. La infraestructura hiperconvergente también es una ayuda porque minimiza los recursos para ponerla en marcha y es una inversión que tienen en local, con lo cual aquellas empresas que no quieran apostar por el cloud o no vean una seguridad suficientemente buena en la nube pueden tener su infraestructura”, concluye de Benito.

El lanzamiento de la infraestructura hiperconvergente VxRail, nacida de la colaboración entre VCE y EMC, sus capacidades de integración y sus beneficios respecto a otras ofertas del mercado para múltiples clientes completa la mesa redonda.

Redacción Silicon

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