Las comunicaciones por satélite desde la “Green Zone” de Bagdag fueron espiadas por la agencia. Desde militares, periodistas hasta voluntarios de Cruz roja internacional o Médicos sin fronteras.
Las conversaciones, la mayoría privadas y sin relación alguna a grupos terroristas como Al Qaeda, se realizaron con familiares de Estados Unidos. Los mismos funcionarios encargados del espionaje aseguran que esta redada indiscriminada perjudicó la capacidad de encontrar información útil.
Las acusaciones son “extremadamente preocupantes” dijo Jay Rockefeller, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, desde donde “se ha solicitado toda la información a la Casa Blanca”. “La Comisión adoptará las medidas necesarias”, aseguró.
Nos esperes medida alguna viniendo del mismo senador ferviente partidario de conceder inmunidad retroactiva a las operadoras de telecomunicaciones que ayudaron a la NSA a espiar ilegalmente las comunicaciones electrónicas de ciudadanos del país.
La administración Bush saldrá pronto “a Dios gracias”, por la puerta de atrás y con suspenso absoluto en materia de respeto a las libertades civiles. ¿Habrá un cambio con la llegada de un nuevo inquilino en la Casa Blanca, o el derecho a la privacidad y el respeto a las leyes se acabaron hace tiempo en esa administración?
vINQulos
The Register
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