La mayoría de los españoles planea cambiarse de operador de telefonía móvil. Así lo atestigua el estudio Global Consumer Survey 2024 – Mobile and Fixed broadband de la consultora Oliver Wyman.
El 53 % de los consumidores consultados tiene intención de hacer este cambio y, de ellos, más de un tercio (36 %) quiere que suceda en el próximo año.
Mientras, “la intención declarada de cambio de operador móvil en España a veinticuatro meses en móvil es del 21 %, en ligero ascenso con respecto al año anterior”, detalla Augusto Baena, socio de la industria de Comunicaciones, Medios, Tecnología en Oliver Wyman. “Esto refleja la alta competencia en precio persistente en el mercado español”.
Para el conjunto de todos los países analizados (España, Francia, Italia, Alemania y Reino Unido), la cifra principal es idéntica: un 53 % de los europeos pretende cambiar de operador.
En su caso, muchos más podrían terminar haciéndolo a lo largo de los próximos doce meses. Hasta un 45 % confirma este extremo.
La razón predominante detrás de este movimiento de clientes es el precio final del servicio. En lugares como España el cambio de operador ha ganado impulso en favor de las marcas low cost.
De hecho, España es, junto a Italia, el país en el que se prevé un mayor trasvase de personas desde las compañías de toda la vida a las de bajo coste. Un 72 % de los españoles está asociado con telcos tradicionales, que siguen siendo las más valoradas, pero un 56 % de ellos muestra disposición a pasarse al otro bando.
Cabe apuntar que la percepción que tienen los consumidores españoles de los operadores (tanto tradicionales como low-cost) es inferior que en el resto de mercados analizados.
El segundo factor decisivo en nuestro país es el descuento en el móvil como oferta de contratación.
Otros motivos que llevan a la gente a plantearse un cambio de operador tienen que ver con la calidad del servicio. Concretamente, con la velocidad de la red y la cobertura de la señal.
Los planes para dejar un operador por otro se extienden más allá de la telefonía móvil. Afectan también al mercado de la banda ancha. Un 52 % de los europeos tiene esta intención y un 40 % de ellos lo hará en un plazo de doce meses.
En España crece en un 29 % la cantidad de personas que planifica el abandono de su proveedor de banda ancha fija. Un tercio de los que prevén introducir cambios los acometerá durante el próximo año.
Las razones que aducen en todos los países son, principalmente, la velocidad de la red y el precio que se paga por el servicio.
“España continua líder en despliegue de fibra en Europa, con un 95% de los encuestados que afirman tener acceso”, constata Augusto Baena, “y, además, la intención de contratación de fibra en España es también la más alta, revelando que el desplazamiento de la fibra al resto de tecnologías de acceso es prácticamente completo”.
Casi 3 de cada 4 encuestados españoles planean adquirir fibra óptica en un año, lo que refleja el interés en esta tecnología y el valor percibido por los usuarios.
La tasa de convergencia fijo-móvil en España es del 89 %. Casi todos (92 %) los clientes que usan el mismo proveedor apuestan por un paquete combinado. Esta cifra es la más alta de toda Europa.
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