Tras analizar nada menos que 36 millones de canales de YouTube, un reciente análisis ha concluido que la mayor parte de la audiencia en esta plataforma se concentra en apenas un 0,4 % del total. Una élite muy reducida que domina la influencia que se transmite a través de los contenidos de vídeo online.
Resulta también importante destacar algunas de las demás conclusiones de este estudio. Por ejemplo, de esos 36 millones de canales analizados tan sólo 4,4 millones tienen más de 1.000 suscriptores, que es la barrera que establece YouTube para poder monetizar el canal. Por último, la élite de la élite está formada por sólo 15.496 canales que tienen más de un millón de suscriptores.
Con todo, a pesar de esta concentración de ciberpoder, el autor del estudio, Oscar Coromina, de la universidad de Barcelona, afirma que la monetización de los contenidos distribuidos a través de YouTube no son suficientes para convertirse en un medio de subsistencia profesional.
Si bien es cierto que hay algunos de estos influencers capaces de obtener destacables ingresos por la visualización de sus vídeos también es cierto que depende mucho de los mercados, siendo el estadounidense en el que el pago por visualización puede llegar a suponer unos ingresos lo suficientemente importantes. De ahí que muchos youtubers recurran a otras plataformas, como Patreon, para obtener ingresos, especialmente ingresos recurrentes por las modalidades de suscripción mensual.
Aun así, en algunos casos suele tratarse de celebridades que obtienen ingresos procedentes de contratos publicitarios o patrocinios, con lo que la monetización de sus vídeos en YouTube no pasa de ser algo complementario. Y hablamos de una cierta élite, insistimos, ese escaso 0,4 % de canales, algo más de 150.000 canales que cuentan con más de 100.000 suscriptores. Un selecto grupo que aglutina alrededor de un 10 % de los vídeos publicados pero que consiguen un 62 % de los visionados.
Por último, el análisis detalla cómo ha variado el tipo de vídeo que los usuarios publican en YouTube a lo largo de los años. Así, en torno al año 2000 la media de duración de los vídeos era de 5 minutos. En 2014 la duración pasó a ser de más de 10 minutos y en 2019 alcanzó los 13 minutos de duración, un dato que indicaría la profesionalización de los creadores de contenidos.
Los contenidos más populares en estos pocos canales que se llevan la máxima atención son la música y los videojuegos, según determina este estudio conjunto de las universidades de Amsterdam, Barcelona y Queensland. Adicionalmente en el caso de los contenidos relacionados con los videojuegos, a pesar de contar con plataformas específicas como Twitch, siguen gozando de una gran popularidad en YouTube, incluso cuando la duración de estos vídeos supera los 30 minutos de media.
Girará en torno a tres temáticas: desinformación, contrainteligencia y credenciales expuestas.
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