El propietario de tan ingente colección es Michael Thomasson, que atesora más de 11.000 videojuegos en el sótano de casa, convenientemente ordenados y clasificados en estanterías que hacen que parezca que visitas una tienda.
Thomasson no divulga la cantidad por la que finalmente no pudo llegarse a un acuerdo con el comprador que en junio de este año finalmente no adquirió la colección, aunque se estima que se trataría de una cantidad en torno a $750.000. Ahora sería la conocida casa Christie´s la encargada de organizar la subasta que garantizará a quien se haga con la puja ganadora el poder inscribir su nombre en el Libro Guinness de los Récords.
Mientras el coleccionista ha tenido que afrontar algunos problemas personales derivados de que finalmente no se efectuase la transacción en junio, como es el tener que trasladar a su madre desde la casa donde vivía (y que tuvo que abandonar) hasta un minúsculo apartamento por no poder pagar un alojamiento en mejores condiciones al no disponer de los ingresos que le hubiera supuesto la venta de la colección.
Como anécdota, uno de los coleccionistas interesados en hacerse con los más de 11.000 videojuegos de Thomasson fue uno de los fundadores de Oculus Rift, que ahora podría tener su segunda oportunidad para conseguirlo.
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