La luz y las sombras de Mark Pincus, ex CEO de Zynga

Acaba de lanzar una incubadora de startups llamada Superlabs. Pero la justicia le persigue por haberse beneficiado de la venta de acciones de Zynga en 2012.

Mark Pincus, el creador de la empresa audiovisual y de juegos sociales y móviles Zynga tendrá que hacer frente a una demanda por haberse beneficiado con la venta de acciones por valor de 192 millones de dólares, mientras otros inversores de la compañía permanecían bajo un acuerdo de bloqueo, según reza un documento legal.

El padre de títulos como Farmville había solicitado al tribunal de Equidad de Delaware que desestimara una demanda que alega que Pincus y otros ejecutivos de Zynga  incumplieron su deber de lealtad a los accionistas mediante la renuncia al bloqueo para determinados inversores. La empresa prohibió a algunos empleados veteranos la obtención de sus derechos preferentes sobre acciones antes de la Oferta Pública Inicial de la firma en diciembre de 2011 hasta su venta en mayo de 2012.

Sin embargo, en marzo de ese año la junta renunció al bloqueo para Pincus y otros cuatro directivos de Zynga, dándoles la opción de vender sus acciones casi dos meses antes de lo previsto inicialmente. Se estima que obtuvieron 100 millones de dólares por la comercialización de estos títulos.

Un juez considera que “es razonable pensar que el beneficio que recibieron por la reestructuración no fue del todo justo”, según informa Reuters. Zynga alega que la demanda tiene que ser desestimada porque Pincus y los otros acusados acordaron vender solo el 20% de sus participaciones. Los acusados señalan que la renuncia al bloqueo no dañó a otros accionistas.

Pincus renunció a su puesto como director de producto el pasado mes de abril, al que había sido designado tras dejar de ser CEO. Durante su polémico mandato, el fundador de Zynga realizó recortes de plantilla y de recursos para muchos desmesurados y su gestión fue la razón de que muchos ejecutivos decidieran abandonar el barco.

La luz al final del túnel

Mientras Pincus se enfrenta a las sombras de su oscuro pasado como gestor, el creador de la compañía de juegos sociales intenta poner en marcha un nuevo proyecto relacionado con el mundo de las startups. Se trata de una incubadora denominada Superlabs, con sede en San Francisco. Creada con su propio dinero, espera trabajar en una serie de conceptos digitales en los que Pincus ha estado pensando desde su trabajo diario en Zynga.

El granjero jefe de Farmville ha contratado dos equipos para trabajar en dos ideas de startups, que aún se desconocen y busca actualmente venture capital para sus firmas emergentes protegidas.